Por Sebastián Reynoso

Entre los años 1895 y 1896 queda habilitado al público lo que sería el primer puente de madera. Fue una obra de mucha importancia para el crecimiento de la ciudad, por muchas décadas fue la única arteria transitable para atravesar el Río V de sur a norte y viceversa.

Construido con madera resistente de añosos algarrobos que eran comunes de la zona, y otra gran parte de la madera, tanto como para trabas y contrafuertes, provenía de quebracho blanco y el caldén. Esos elementos llegaron del norte argentino en el ferrocarril, luego fueron trasladados al lugar de construcción en carros de tracción a sangre. 

La obra fue dirigida por el ingeniero francés E. Wernicke, el propio constructor recordó una vez en un importante diario de Buenos Aires, que el escaso aporte de dinero enviado por el gobierno Nacional los obligó a ubicar dicho puente a poco más de 2000 metros río arriba de donde se había elegido en primer lugar, justamente para aprovechar la estrechura que ofrecía en ese sector el antes llamado Río Popotis. 

Al mismo tiempo debieron abrir una calle hasta el lugar por la margen norte y eso ocasionó el único inconveniente que presentó la obra, que fue la prolongación de la calle Junín sobre terrenos privados, y no quedó otra opción que expropiarlos, ante la firme pretensión de un resarcimiento económico por parte de su propietario, el señor Santiago Betbeder.

No cabe dudas que el puente de madera tuvo un aporte importante para el progreso de la ciudad de Villa Mercedes, a pesar que la oposición política de aquellos tiempos cuestionó duramente la obra y el lugar que se había elegido para su construcción. Estas críticas se fueron diluyendo en el tiempo, lo que no impidió que los ciudadanos incorporaran el puente al acervo cultural durante su uso y posteriormente fuera parte de sus recuerdos, cuando se lo remplazó por una construcción de hormigón en los años 1970.

Aquel puente de madera fue tan resistente que se aguantó grandes correntadas, y jamás flaqueó, claro que con la modernización y el cambio en el transporte, ya los carros tracción a sangre fueron dejándose poco a poco de lado, para darle libre circulación a los vehículos de automotor, esto obligó a las autoridades a poner en marcha su remplazo.