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Asalto al Banco Nación en Villa Mercedes

Butch Cassidy y Sundance Kid estaban al frente en The Wild Bunch cuando también robaron en San Luis y eran perseguido internacionalmente

Por Sebastián Reynoso

Buth Cassidy y Sundance Kid estaban al frente de la organización de aquella Wild Bunch (banda o pandilla salvaje), la misma banda que comenzó realizando delitos en distintos estados de los Estados Unidos hacia fines del siglo XIX, y terminó recorriendo de un extremo al otro el continente americano.

Esta legendaria banda fue objeto de preocupación para las autoridades de cada estado en los que actuaban, todo debido a la gran cantidad de asaltos y ocasionales muertes que su accionar producía.

Es interesante señalar el protagonismo femenino de Etta Place dentro de la misma, una excelente jinete y muy diestra en el manejo de las armas, además de hermosa y culta. Ella era pareja de Sundance Kid. Estar en la primera plana d ellos más buscados llevó a los integrantes de la Wild Bunch a emigrar de los Estados Unidos allá por 1901 para, finalmente, no ser atrapados allí.

Llegaron a la ciudad de Buenos Aires en el mes de marzo de 1901 y se alojaron en el Hotel Europa.

El historiador Marcelo Gavirati, entusiasta buscador de la historia de estos dos bandoleros, estima que eligieron la Argentina como lugar para esconderse, por la publicidad que abundaba en las revistas internacionales, alentando a poblar las tierras de la Patagonia, que el Estado argentino difundía como inhabitadas.

Durante 4 años llevaron una vida pacífica en la provincia argentina de Chubut, luego de los cuales volvieron a delinquir, esta vez en territorio argentino en 1905, poco tiempo después, en diciembre del mismo año, llevan a cabo el conocido asalto a la sucursal del Banco Nación de la ciudad de Villa Mercedes, provincia de San Luis, considerado una de las acciones delictivas más importantes en Sudamérica, dicha sucursal fue una de las primeras filiales abiertas en el país, para ello estuvieron en Villa Mercedes durante más de una semana, al final de la cual huyeron a través de los inmensos pajonales y de las imponentes lagunas de la pampa sur de la provincia de San Luis.

Llegaron a la ciudad simulando tener la intención de establecer una estancia al sur con el objeto de dedicarse a la actividad ganadera, pero su real intención era dar el golpe a la mencionada filial bancaria en atención al dinero que allí se manejaba. Era conocido que se realizaban importantes operaciones ejecutadas por los comerciantes y ganaderos de las provincias de San Luis, Córdoba, La Pampa e incluso de los países vecinos como Chile y Bolivia.

También esta sucursal recibía partidas mensuales de la Casa Central en Buenos Aires para los créditos de fomento de la inmigración en la región, y para el pago de los poblados regimientos militares de la ciudad custodios del centro de la República.

Butch Cassidy y Sundance Kid, el aviso de búsqueda

Durante su paso por la ciudad actuaron con total normalidad y con gran sentido de las relaciones públicas, de Etta Place dependía en gran parte la imagen del grupo ante la población mercedina. Simulaban con Butch Cassidy ser una pareja llena de amor, ella encantaba a todos con la mirada de sus hermosos ojos, con su andar cadencioso y con el batir de sus cabellos castaños sobre su rostro angelical, montaban sus propios y soberbios caballos que habían traído consigo en el tren, lo cual impresionaba a la población por el modo gallardo en que lo hacían.

Asimismo, Butch Cassidy fingía interés por intervenir en una carrera hípica de la zona. Por las tardes se presentaban, montados en sus magníficos caballos y vistiendo ropas de cowboy, en las ferias ganaderas que casi diariamente se realizaban en la ciudad, los productores agropecuarios los rodeaban para admirar el gran conocimiento que de la calidad y raza de los animales mostraban tener y para negociar con ellos, sin embargo, simultáneamente, Butch Cassidy  preparaba el golpe al Banco Nación.

La prensa argentina de la época llamó “el sistema yanqui de los asaltos” se verificó de manera idéntica en Río Gallegos y en Villa Mercedes cómo operaban los delincuentes: en ambos sucesos, los bandidos se hicieron pasar por comerciantes honestos, estudiaron previamente el terreno mientras frecuentaban a los vecinos, prepararon la fuga con postas de caballos y actuaron con violencia, aunque sin provocar víctimas fatales.

Muy temprano a la mañana, antes de la salida del sol, partía con sus secuaces a hacer largas cabalgatas por las extensas tierras cubiertas de pajonales e isletas de caldenes y chañares que se extendían desde el sur mercedino hasta la ciudad de Santa Rosa de Toay y Victorica de la provincia de La Pampa, por donde transitaban comúnmente las tropas de carretas que querían ir hacia la Patagonia.

De este modo, estudiaban a fondo el terreno por donde planeaban huir y armaban trampas para demorar a los futuros y posibles perseguidores, dejaban mojones para marcar con precisión el itinerario de su huida, también estudiaron detenidamente la estructura del edificio del Banco, haciendo un plano con la disposición de las habitaciones y marcando muy bien el lugar donde se encontraba el tesoro para ir directamente a él cuando, al son de disparos  amedrentadores, irrumpieran en el local.

El día 19 de diciembre de 1905 fue el día elegido para realizar el asalto, el hotel en el que se alojaban se ubicaba a una cuadra de distancia de la sucursal bancaria, situada en la esquina de las calles Riobamba y Belgrano, es decir, en pleno centro de la ciudad, a las 11, la “Wild Bunch” se puso en marcha con el objeto de llevar a cabo el planeado golpe delictivo. Era un día de mucha actividad comercial debido a que se estaba realizando un importante remate de feria ganadera, al que acudieron compradores de distintas provincias argentinas.

Los miembros de la Banda estaban vestidos como vaqueros y no hacían ostentación de arma alguna, el golpe se efectuó al mediodía cuando recién el banco comenzaba a trabajar. Cinco personas armadas integrantes de la banda llegaron al lugar, dos de ellos se quedaron afuera del local bancario como una suerte de guardia y los tres restantes  dieron la orden de: “¡Hands up! (manos arriba), luego golpearon al tesorero y a un cliente, e ingresaron en las oficinas para amenazar al Gerente, señor Federico Hartlieb.

Tomaron todo lo que creyeron conveniente y huyeron a caballo hacia el sur mendocino, sin embargo, si bien el dinero robado era una suma importante, la mayor parte del tesoro permaneció en el banco debido al valiente accionar del gerente y de su hija Emilia de 17 años, así al ver que uno de los asaltantes era alcanzado en uno de sus hombros por una de las balas que desde su posición disparaba el gerente, la “Wild Bunch”, cubrió con una gran cantidad de tiros su retirada y salió del Banco con solo el dinero que habían encontrado en las “cajas chicas” del mostrador.Es importante mencionar también la valentía de un empleado del Banco llamado Ventura Domínguez, quien, luego de buscar un revólver, complicó la situación de los atacantes durante el asalto.

El intercambio de disparos y los gritos de los vecinos fueron escuchados de inmediato en la Jefatura de Policía. Pero el comisario a cargo, Domingo Mandaluniz, creyó que se trataba de la insurrección contra el gobernador Benigno Rodríguez Jurado, por lo que cerró el edificio y apostó centinelas en las puertas y las azoteas. Una hora y media después advirtió el error, cuando los norteamericanos se encontraban ya lejos del pueblo.

Mientras la policía de Villa Mercedes permanecía acuartelada a la espera de la insurrección que no habría de producirse, el jefe político Belisario Olivera improvisó una partida con vecinos y soldados y salió a la búsqueda de los asaltantes del banco.

El rastro se perdió cuando los fugitivos vadearon el Río Salado, en la provincia de Mendoza, para luego cruzar a Chile. “Cuatro días de persecución de cerca y se ignora, sin embargo, a punto fijo, la situación de los bandoleros”, dijo en Buenos Aires el diario Tribuna.