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Hacer historia

El viaje de Alonso de Sotomayor en 1583: la apertura del camino bioceánico por San Luis 

Por Guillermo Genini

Sin duda el viaje que Alonso de Sotomayor realizó entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico en 1583 fue el más importante en la historia de San Luis. Gracias a su realización, el centro del actual territorio argentino, y muy especialmente el de la Provincia de San Luis, entró de lleno a la Historia mundial como parte del dispositivo de comunicación y defensa del Imperio Español.

Tras la frustrada expedición de Pedro de Mendoza de 1536 y la despoblación del puerto de Buenos Aires, el proceso de vinculación y circulación directa entre el sur de América con España a través del Atlántico sufrió una interrupción por casi medio siglo. Sin embargo, la utilidad de la reapertura de esta comunicación no pasó desapercibida para las más altas autoridades españolas del cada vez más poblado interior de la América del Sur. Así, el Virrey del Perú, Francisco de Toledo, recomendó al Rey Felipe II en un informe oficial en 1572 “abrir puerto en la Mar del Norte” (Océano Atlántico) en la “boca del Río de la Plata”. Esta recomendación se cumplió cuando Juan de Garay fundó la ciudad de Santa María del Buen Aire en 1580. 

Felipe II al saber de tan importante acontecimiento ordenó un cambio en su estrategia continental.

Designó gobernador de Chile a Alonso de Sotomayor, caballero de la Orden de Santiago y destacado soldado de las campañas españolas en Italia y Flandes, en 1581 y por primera vez ordenó que su viaje a Chile no fuera por el Pacífico vía Perú, sino por el Atlántico pasando por el Estrecho de Magallanes.

Este cambio se debió a que poco antes se registraron las primeras incursiones de los piratas ingleses que, como Francis Drake, habían entrado en el Océano Pacífico. Sotomayor reunió una gran cantidad de hombres, pertrechos y armas para auxiliar a Chile. Se debía embarcar en la flota que al mando del Almirante Diego Flores de Valdés estaba por zarpar para proteger el Estrecho de Magallanes.

Esta expedición sufrió toda clase de contratiempos y pérdidas por lo que en enero de 1583 Sotomayor informó al Rey desde la isla de Santa Catalina en la costa de Brasil que, a causa del deterioro sufrido por la flota de Flores no pudo pasar hacia la Patagonia, había decidido bajar en el Río de la Plata y atravesar por tierra la distancia que lo separaba de Chile. A esta trascendental decisión contribuyó que entre sus hombres estaba Alonso de la Cámara, vecino de la ciudad de Córdoba, uno de los primeros exploradores que descubrieron el camino entre Córdoba y Cuyo y entre Córdoba y Buenos Aires, quien se ofreció como guía. 

Desembarcó en Buenos Aires en febrero de 1583 recibiendo la valiosa ayuda de Garay y marchó de inmediato a Santa Fe y de allí a Córdoba bajo la guía de De la Cámara, pues quería pasar la Cordillera de los Andes antes del invierno.

El grueso de las tropas y armas venían a paso más lento bajo el mando de su hermano, Luis de Sotomayor, costeando el Río Paraná. Como en Santa Fe tuvo algunos inconvenientes, ordenó a su hermano que desde la Fortaleza de Gaboto (confluencia de los ríos Carcarañá y Paraná) se dirigiera directamente hacia el oeste y así evitar pasar por Santa Fe y Córdoba.

Sin embargo, por más que apresuró la marcha rodeando las Sierras Pampeanas y las Sierras de San Luis, Alonso de Sotomayor llegó a Mendoza el 12 de abril de 1583 y no pudo pasar a Chile. Ante esta frustrante demora debió permanecer en Cuyo hasta septiembre en que pudo finalmente trasponer la Cordillera hacia Chile y asumir su cargo en Santiago. 

“La fundación de Buenos Aires por Juan de Garay”, en 1580. Pintura de Moreno Carbonero.

Durante el invierno de ese año su mayor preocupación fue abrir el camino hacia el Río de la Plata y auxiliar a su hermano Luis y sus hombres que habían tenido que detenerse en el Río Cuarto a invernar. Desde Mendoza envió una expedición a buscar sus hombres la que pasó nuevamente por el extremo sur de las Sierras de San Luis hacia el Río Cuarto. De esta manera se abrió un nuevo camino, informando así al Rey: 

“…ocupándome en que se descubriese el camino que don Luis mi hermano había de traer, el cual se descubrió, aunque con mucho trabajo y dificultad por la grande aspereza de montes y espinos. Los que descubrieron dicho camino hallaron a don Luis y la gente en el Río Cuarto que vierte desde estas cordilleras al Río de la Plata y estaban congeladísimos y afligidos por no saber ni tener luz del camino que se habría de traer…” (COLECCIÓN DOCUMENTOS…,  tomo III, pág. 198).

Ya en el gobierno de Chile, Alonso de Sotomayor no dudó en recomendar al Rey de España el envío de tropas, esclavos y suministros a Chile por el camino que había descubierto en 1583 y que calculaba en una extensión de “duosientas ochenta leguas de camino” entre Buenos Aires y Cuyo, evitando Santa Fe. Por ejemplo, cuando informó los métodos para mejorar las minas de oro en Chile afirmó que sería de gran ayuda el envío de mano de obra esclava desde el Río de la Plata por el camino que él “descubrió”. 

En igual sentido lo aconsejó cuando a comienzos de 1585 informó a Felipe II sobre las necesidades de Chile y pidió que los refuerzos solicitados vinieran directamente por el puerto de Buenos Aires evitando el paso por el Perú, resaltando un cambio de trascendental importancia en la circulación de los españoles en el extremo sur de su Imperio: la transformación de un camino de a pie o a caballo en camino carretero.

“Si V.M. fuere servido de enviar gente de España por el Río de la Plata vendrá en cinco meses a estas provincias por el camino que yo truje y si esto fuere, será necesario que los navíos en que viniere no pasen de doscientos toneladas y que traigan por lastre cada navío dos docenas de carreras con todo su aderezo…//…y la persona que trujere la gente a cargo traiga cédulas de V.M. de manera que por ellas el avien en Buenos Aires y Santa Fe y Córdoba, si llegaren a estas dos ciudades y que teman que han de ser castigados si no lo hacen y usan de la desorden que conmigo en sonsacarme la gente” (COLECCIÓN DOCUMENTOS…, tomo III, pág. 236-237).

Las advertencias de Sotomayor no eran frutos de especulaciones sino de hechos que le acontecieron a él y sus hombres unos años antes como vimos y el fin de dejarlas explícitas era evitar la pérdida de los valiosos hombres y pertrechos que con tanta urgencia requería su Gobernación en manos de otras ciudades que pertenecían a otras gobernaciones como el Río de la Plata o Tucumán que gozaban de mejores condiciones de paz con los indios. A esas jurisdicciones le atribuía en forma precisa la función de abastecimiento bajo mandato de la máxima autoridad de la Corona. Además pretendía que, por las razones señaladas, los recursos ingresaran lo más directamente posible a los términos de su Gobernación que ya estaban determinados en el Corregimiento de Cuyo, atravesando el territorio de la futura jurisdicción de San Luis. 

Es por ello que se puede considerar a Alonso de Sotomayor, quien abrió el camino bioceánico entre el Atlántico y el Pacífico pasando por la punta de la Sierras de San Luis, una figura fundamental para nuestra historia. 

Grabado de Alonso de Sotomayor. Artista desconocido.

Bibliografía

COLECCIÓN DOCUMENTOS INÉDITOS PARA LA HISTORIA DE CHILE, 2º serie, tomo III. Santiago, Fondo Histórico y Bibliográfico J. T. Medina, 1960.

GENINI, Guillermo, Contribución al conocimiento de la circulación y el establecimiento de los españoles en Cuyo (siglos XVI y XVII)”, en Publicación 29 (Nueva Serie). San Juan, IIAyM-UNSJ, 2012.