Expresiones de la Aldea, San Luis

Un buen momento para celebrar nuestra convivencia

Editorial

Se va el 2022. En esta época llegan las Fiestas y los brindis. Se hace cierto balance y se recuerdan las experiencias vividas en el último año. Tiene alguna lógica, no demasiada. Es casi un concepto contable que alude a un cierre de ejercicio. O un criterio de administración pública que cierra el año. En La Opinión y La Voz del Sud celebramos nuestro presente y la posibilidad de poder llegar a nuestros lectores y nuestras lectoras y acercarles ideas, inquietudes, informaciones y sentimientos. Es trascendente el testimonio que nos deja muy en claro la profundidad del cambio que se vive. Es difícil plasmarlo y mostrar su alcance, pero es inexorable tenerlo en cuenta a la hora de evaluar una realidad tan distante a la de otros tiempos. Si mejor o peor, será un juicio de cada uno. Que es distinta es distinta. Hay un cambio de hábitos tan brutal que de ninguna manera puede ser desconocido.

Son muchos los artistas que incorporar las posibilidades de la tecnología, la adoptaron como herramienta y, a partir de este criterio, la consideraron un recurso imprescindible. Y lo que inicialmente compromete a una generación más dispuesta, termina siendo parte de la vida de casi todos. Y es abrupto, y se impone. Son muy interesantes los intentos de ignorar algunas invasiones despiadadas. Es valioso el esfuerzo de quienes se aferran a recursos y formatos con los que convivieron en gran parte de su vida. Y es una especie de resistencia individual y casi secreta. Y casi todo se mide por el número de seguidores; y, en muchas circunstancias, bendito sea “ese casi”. Y a todo se le saca fotos y todo se retrata en video.

En el recital, en la cancha de fútbol o donde se puede. Pareciera que hay más desesperación por retratar y transmitir las vivencias, que por vivirlas en plenitud. Y los teléfonos, y las redes, y los grupos, y tantos otros formatos novedosos. Y cada uno sabrá dónde inserta su experiencia, su historia, sus valores, sus sentimientos. Cada uno sabrá en qué formato los rescata y los consolida. Y, seguramente, esta horizontalidad no es ni mejor, ni peor que otras realidades, es esencialmente distinta.

Cada ser humano tiene una esencia muy valiosa. La que lo distingue, le da identidad y le sirve para convivir en sociedad. Con los matices que se quiera, en esa esencia colectiva está la cultura de una sociedad. Ojalá desde este espacio hayamos hecho durante este año algún aporte que contribuya con estos objetivos. Vayan, entonces, los mejores deseos para todos nuestros lectores y nuestras lectoras. Y que se alcancen esos objetivos. ¡Felices Fiestas!

Abuela junto a sus nietos y nietas armado el árbol de Navidad, Buenos Aires. Archivo General de la Nación.