Reportajes

Bruno Gonzalo Cantisani- 24-12-2022

Mi nombre es Bruno Gonzalo Cantisani, nací el 28 de diciembre de 1999 en la ciudad de San Luis. Crecí en el Barrio Jardín, somos cuatro varones y una mujer. En mi infancia jugábamos a la pelota, siempre custodiado por mis hermanos y mis primos, todo muy tranquilo y muy agradecido de aquella etapa. Fui al Colegio San Luis Rey, a la Escuela Córdoba, y terminé en la Escuela Fray Luis Beltrán, donde descubrí la química que me gustó mucho y que estudio hoy.

La carrera se llama Biotecnología y también estoy sacando materias del profesorado. Tiene varias ramas como la relacionada a la medicina humana, a la biotecnología ambiental, que trata de recuperar ambientes contaminados a través de microorganismos buenos, y también sobre el desarrollo óptimo del ambiente vegetal.

Me atrae la capacidad de las plantas de desarrollarse en diferentes ambientes, tenemos un campo en la zona de Jarilla donde no crece casi nada, me gustaría idóneamente establecer algo productivo para ayudar a la comunidad. Ese amor relacionado a la naturaleza trato de vivirlo desde donde pueda, desde hacer música, desde salir a pasear. Mi papá canta y toca la guitarra, recuerdo que venía mucha gente a casa desde chico, lo acompañaba en las peñas cuando intentaba subirme con él.

En casa teníamos un grabador donde se escuchaban casetes de los Chalchaleros, Hernán Figueroa Reyes, Horacio Guaraní, mi mamá escuchaba a Luis Miguel y David Bisbal. Mi papá quería que todos fuésemos guitarristas, comenzó a enseñarle a mi hermano mayor y no aprendió, y así a todos. Hasta una oportunidad donde acompañé a mi padre al dictado de un taller en La Casa de las Culturas, me gustó la presentación que hicieron los chicos y me dieron ganas de tocar a mí también, conocí un hermoso grupo de ocho compañeros.

Tenía un tiempo tocando la guitarra y recuerdo la primera vez que el punteo de un tema me atrajo mucho, era El Chaqueño Palavecino, y el tema “Cuando yo era militar”. Con el grupo nos fue muy bien, nos llamamos “Las seis cuerdas puntanas”, grabamos en el Salón Blanco, fuimos a los juegos Evita, estuvimos en Guitarras del Mundo, nos fue bien, fue en el año 2016. También tomé clases con Maximiliano Suárez y Joel Amaya, todo en la Casa de las Culturas. Después mi papá me dijo que me dedicara a tocar con mis amigos, en vez de tocar con él, me dejó en banda (se ríe).

Armamos un grupo instrumental de música cuyana y norteña, que después nos animamos a cantar, fue casi por accidente en un festival de Las Catitas, en Mendoza, gracias a otro grupo que no pudo llegar, nos llamamos Raíces Puntanas. Luego comencé en el grupo “Vaivén Folk”, que es la banda donde sigo en la actualidad.

La primera vez que me animé a cantar solo fue en el Coro Polifónico Santa Lucía de la Iglesia de Guadalupe, sintiendo esa seguridad de cantar con otros. En 2018 se fue el cantante principal y quedé yo, encontramos un propósito en común que es difundir la música cuyana que tanto nos gusta y también hacer ritmos más movidos tipo carnavalito. Tenemos la identidad de transmitir el folclore joven, pero seguimos dándole la vuelta todavía.

Estoy con Dana Azcurra, una amiga de la vida, que se sumó este año y canta espectacular, Toto Molina que es quien hace los arreglos, primera guitarra y la cabeza del grupo, Ezequiel en la percusión, un genio, Rodri Villegas en el piano y Martín Toseto en el bajo. La palabra vaivén salió de estudiar física, vectores más precisamente, significa que es cuando el vector cambia rápido de dirección sin avisar, a nuestro modo queremos hacer un cambio en el folclore, por eso el paralelismo, es una definición un poco “nerd” pero quedó y le agarramos cariño (se ríe).

Hacemos tonada, valses, huellas, gatos, estamos tratando de buscar repertorio para los bailarines, que disfrutan danzas que no se escuchan tanto, porque lo más común es gato, chacarera, y zamba. Tenemos mucho trabajo, en varios festivales estaremos esta temporada. Encontramos mucha gente copada que nos abrió las puertas, siento que se le dan muchas oportunidades a los jóvenes.

Hace poco empecé a escribir y me animé a cantar, un día en El Trapiche me escuchó un amigo que tiene un home studio y comenzamos a grabar, después eso me sirvió para que la gente de la Municipalidad me cediera la biblioteca para grabar un video, creo que solo hay que dar con la persona indicada, los medios están y hay que golpear puertas.

Me gustaría vivir de la música siempre y enseñar química, seguir aprendiendo, que nunca me falten las ganas. Creo que es difícil vivir de la música, por ahora llevo un equilibrio y ojalá siga yendo así. Mi papá se llama Gabriel, mi mamá María José Romano, mis hermanos son Fiorella, Santiago, José Luis y Juan Manuel. Mi filosofía de vida tiene que ver con buscar el bien, soy católico y esos valores trato de llevarlos en mi día a día, soy alegre y aniñado… por ahí de más. Lo que más disfruto es hacer música con amigos, cantar es un regalo de la vida, también estar con mis amigos y mi familia.