Suicidio
Jesús Liberato Tobares (*)
Temblando quedó entre los cedazos la última estrella degollada. Desde el fondo de la tierra levantaron su vuelo las navajas y los dientes de la luna lo mordieron con su filo de espadas desoladas. El minero florecía entre el ramaje sin raíces ni tallos de la sangre. La flaca enredadera de las venas trepaba su cansancio y los lirios metafísicos del hielo cerraban su mirada. Esos negros portales que forjara noche a noche, bajo el techo de su rancho, clausuraban ahora los caminos de su pecho, de sus piernas, de sus brazos. Quieto, mudo, frío, ciego, de espaldas en su catre, andariego de tiempo y de distancia el minero descansaba. Se iba solo, solo, solo... por las rojas arterias de los astros, con un beso de wolfran en la frente y una fronda de arañas sobre el alma.

(*) Este poema se encuentra publicado dentro de las Obras Completas, en el Tomo I- Cerro Blanco. La obra poética es menos conocida que su arduo aporte como historiador. Tobares ya es referente ineludible de San Luis.