Reportajes

Blanca Elisabeth Hollman-05-03-2023

Mi nombre es Blanca Elisabeth Hollman, tengo 56 años. Nací en Villa Mercedes, lugar donde resido. Mi padre se llama Enrique Abel Hollman, era mecánico rural en molinos, aguadas, perforaciones, oriundo de la Cesira provincia de Córdoba, mi mamá se llama Blanca Mirta Hilda Cabeytu oriunda de Villa Mercedes. Mis hermanos son Claudia, Cristian, Guillermo (ya fallecido) y Fernanda. Hace 34 años que estamos casados con mi marido, Silvio Crespo, es basquetbolista retirado, tenemos tres hijos, Martín (que ya no está con nosotros físicamente), Virginia y Camila y una nieta que se llama Donatella, somos una familia de deportistas, mi hijo Martín jugaba y decía que él quería ser basquetbolista, mi hija Virginia juega al cesto y ha integrado la Selección de San Luis, ha acompañado a su club, Sociedad Recreativa Hijitus, en este momento lo hace solo de forma recreativa.

Tuve una niñez hermosa, en principio entre los 5 y los 10 años yo iba y venía del campo a la ciudad, porque mis abuelos trabajaban en el campo y a mí me gustaba mucho estar con ellos. Después mi niñez se centró en los amigos del barrio, jugábamos mucho al básquet en el Club Aviador Origone, mis inicios deportivos fueron allí.

La primaria la realicé en la Escuela Mariano Moreno, la secundaria en la escuela de Comercio Benito Juárez.

En la Mariano Moreno empecé a jugar cesto con la profesora Susana Gómez, que fue mi formadora desde muy chiquitita, ella y la señora Mirta Imberti en otras categorías. El cesto me gustó, tenía habilidades físicas, y mis formadores apostaron a una formación un poco más exigente. Hice básquet y cesto a la vez hasta que en un momento no pude con la exigencia de los entrenamientos en ambas disciplinas, tuve que elegir y elegí el cesto, algo que me tentó era que yo empecé a ser convocada para la Selección de San Luis. En el básquet tenía 15 años y jugaba en Primera División, en el Club Aviador Origone, y en un campeonato argentino recibí el premio a la jugadora más jovencita.

Nada de lo que me pasó lo planifiqué, siempre mis objetivos fueron en equipo y no personales. Entrenábamos en la Sociedad Italiana y en el Palacio de los Deportes.

El primer torneo argentino fue en La Pampa en categoría mini, salimos terceras y al próximo año cuando fuimos con infantiles  a Neuquén, jugamos la final quedando subcampeonas, después de eso me convocan por primera vez a la Selección Argentina Infantiles, tenía 11 años, se hizo un sudamericano en Chile, eso fue otra experiencia.

Años después le pregunté un día a Mirta Imberti que si ella sabía por qué me habían elegido para la selección, y ella me dijo: le pregunté lo mismo a la presidenta de la confederación y me respondió que vio unos partidos donde vos te pusiste el overol. Fue fantástica esa definición.

De ahí en más no paré nunca más, era estudiar, trabajar, entrenar y viajar. Actualmente sigo involucrada en la categoría Maxi 30 colaborando desde otro lugar, ya dejé de jugar hace 3 años. También trabajo en la parte educativa, soy preceptora en el Instituto del Carmen.

Hice dos giras grandes con la Selección Argentina por Europa y estaba preparándome con un plan de entrenamiento para otra gira que iba a ser por Australia y Japón, cuando quedo embarazada de mi hijo Martín, en mi lugar fue Laura Montoya, eso marcó mi carrera porque después estuve años dedicándome de lleno a mis hijos. No lo sufrí, fue hermosísimo y disfruté tanto lo de cesto como mi maternidad, no me arrepiento de nada.

Soy perseverante, honesta, simple, fiel a mis principios. Muy guerrera y apasionada, he tenido que aprender de Susana y Mirta a controlar esa impulsividad de la adrenalina del deporte.

Me emocionan mis hijos, mi nieta, ver cuando la gente está bien. Mi pasión es el cestoball. Me molesta cuando veo injusticias, la pobreza, el hambre, el maltrato, eso me duele mucho.

Me encanta pasar tiempo en mi casa, soy muy casera. Me he construido con el ejemplo de mis padres, además anduviera bien o mal nunca me dijeron esto no lo vas a hacer.

Conservo amistades del barrio, Alicia y Noemí Bandhan. Otra amiga hermana es Marisa Mercau. Las amigas que me dieron el deporte, Gladys Paredes, Valeria Imberti.

En mi primera convocatoria a la selección mayores yo tenía 20 años y fui a la casa de gobierno, mi objetivo era pedir ayuda sino tenía que renunciar a la selección, me atiende Angélica Torrontegui y me dice: en 10 minutos te recibe el doctor, me temblaba todo, no me lo esperé, desde ese momento recibí la ayuda y el apoyo que necesitaba, en todo sentido, además yo estaba respaldada por una federación que tenía una gestión de mucha personalidad y con una muy buena trayectoria.

Hoy San Luis y el crecimiento que hemos tenido es impresionante, lo puedo mencionar porque lo viví, cuando iba al campo con mis abuelos, donde no había nada, ni luz, ni agua, era todo médano, y hoy ves el crecimiento, por eso estoy muy orgullosa, amo a mi provincia y a mi ciudad, a pesar de todas las diferencias que podamos tener.