Grandes luchas de grandes mujeres…
La columna de Iris. A 71 años de la muerte de Eva Duarte de Perón, su lucha por el voto femenino.
En 1848 la Convención de Séneca Falls, Nueva York, Estados Unidos de las mujeres en la Convención Antiesclavista de Londres en 1840, Lucrecia Mott y Elizabeth Cady Stanton organizaron su propia asamblea compuesta por doscientas mujeres y 40 hombres. Aprobaron doce resoluciones que exigían los mismos derechos para las mujeres, incluyendo, por una estrecha mayoría, el deber de asegurar el derecho a voto.
En 1890, en Estados Unidos, la Asociación Nacional para el sufragio de la mujer estadounidense se convierte así en la mayor organización voluntaria en Estados Unidos, con dos millones de miembros.
En 1893 en Nueva Zelanda Kate Sheppard presentó una petición por el sufragio femenino en el Parlamento acompañada de treinta y un mil ochocientas setenta y dos firmas de mujeres. La ley se aprobó en agosto y Nueva Zelanda se convirtió en el primer país en legalizar el sufragio universal.
En 1903 en Reino Unido, Emmeline Pankhurst funda la Unión Social y política de mujeres (WSPU, por sus siglas en inglés), una organización exclusivamente femenina que fomenta la acción directa y la desobediencia civil o “Hechos, no palabras”. Son conocidas como las “sufragettes”.
En 1904 en Alemania, la Alianza Internacional de mujeres para el sufragio (IWSA, por sus siglas en inglés) se funda en Berlín para reunir a las sufragistas de todo el mundo.
En 1910 en Reino Unido una marcha de trescientas “sufragettes” de la WSPU, entre las que figuraban Elizabeth Garrett Anderson y la princesa Sofía Duleep Singh, se encamina hacia el Parlamento. La policía se enfrenta a las mujeres, las cuales sufren maltratos y golpes, en lo que hoy en día se conoce como la manifestación del viernes negro.
En 1911 en China, se fundó en Shangai la Alianza para el sufragio de las mujeres. Entre sus objetivos se encuentran la concesión del derecho al voto y la igualdad de género en la educación.
En 1901 Australia concede el voto a las mujeres con algunas restricciones. Finlandia es el primer país europeo en conceder el voto a las mujeres en 1906. La caída de la monarquía, en 1917, conduce al sufragio universal. En 1918, Alemania, Canadá y Austria. En 1930 Sudáfrica otorga el voto a las mujeres blancas; las mujeres negras no tienen derecho a votar hasta 1994.
«Recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo, ante vosotras, con la certeza que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria”, exclamó Eva Perón el 9 de abril de septiembre de 1947 ante una multitud de mujeres que se manifestaban en la Plaza de Mayo. Hubo un movimiento de mujeres sufragistas: Julieta Lanteri, Elvira Rawson, Cecilia Grierson y Alicia Moreau. El 11 de noviembre de 1951 las mujeres argentinas pudieron ejercer por primera vez a nivel nacional su derecho al voto y a ser elegidas representantes.
Tenía ganas de contar alguna lucha. Y me parece genial que sea la lucha por el sufragio. Y la lucha de las mujeres. Porque viste que todo se naturaliza y parece que siempre todo fue muy fácil. Y se toma todo a la ligera. No es joda el derecho de elegir quién gobierna, quién legisla y todo eso. Es muy importante. Existió, y aún existe mucha gente, mucho papa frita, que se cree con más derecho que otro ciudadano a determinar quién tiene la manija. Leíste bien: las mujeres negras en Sudáfrica recién pudieron votar en 1994. “…Pero Thandeka no se dirigía a su trabajo de baja categoría en una oficina. El 27 de abril de 1994, Thandeka Sidya quería acudir a las urnas en cuanto abrieran a las ocho de la mañana para votar al hombre cuyo valiente activismo y sus 27 años de encarcelamiento derribaron un sistema legal y económico que maltrató a los sudafricanos no blancos durante medio siglo. Thandeka hizo cola durante horas, votó a Nelson Mandela como primer presidente negro de Sudáfrica…”.
Siempre, siempre, se deben rescatar las luchas. Y jamás se deben olvidar…