En busca de los orígenes de Nogolí
Gabriel Calderón Santander teje la Identidad de su pueblo a través de la pluma, la pasión y la investigación histórica
Tomás Nieto
Gabriel Calderón Santander es un apasionado por el arte de la escritura y la investigación histórica, según él mismo se define.
Manifiesta su amor y dedicación por el terruño a cada paso, ya sea entre los olivos añejos de la localidad, como en cada página de sus libros. Sigue buceando en la historia del pueblo, aun después de haber publicado “Nogolí un encuentro con el pasado”, un trabajo que le llevó más de doce años de investigación.
Una tarea para nada simple si evaluamos que existen muchas poblaciones en nuestro país donde no solo no existen actas de la fundación, sino que tampoco se encontraron documentos que ayuden a reconstruir esa parte de la historia.
Sin embargo, el investigador cuenta que hay hechos y documentos históricos que avalan la fundación.
Este poblado dataría de 155 años y justamente en este mes de agosto los cumpliría. Oficialmente no existe decreto alguno de su fundación, pero en su oportunidad, se presentó una nota en la Cámara de Diputados de San Luis, aduciendo que el día 24 de agosto de 1868 se delimitó el pueblo.
Se presentó una nota que remitiera el agrimensor de la provincia, don Mamerto Gutiérrez, al ministro Berrondo, donde expresa “me puse inmediatamente a delinear la villa como usted lo indicó”, este documento que se encuentra en el archivo histórico de la provincia marcó como referencia el día del pueblo de Nogolí.
Ambas cámaras legislativas de la provincia la aprobaron por unanimidad.
Por supuesto que uno de los componentes más importantes fue la donación por parte de don Daniel Polinicio Funes, propietario de las tierras donde se emplazó la población de Nogolí. Él fue quien cedió gratuitamente al Gobierno de San Luis, a cargo de Rufino Lucero y Sosa, una parte de su estancia llamada justamente Nogolí.
En esta villa ya había mucha gente desperdigada por la zona, es por ello que el gobierno provincial pretendió darle educación, salud, condiciones básicas de vida a la población incipiente.
Se dio la orden para que se delimite y se deje lugar para una escuela, una iglesia y demás edificios públicos.
Así nace este hermoso lugar en el departamento Belgrano, donde sus aguas claras son la carta de presentación de un enclave bendecido por la naturaleza.
Un pueblo que muestra vestigios de la cultura Huarpe, que guarda en su memoria el paso de exponentes reconocidos a nivel nacional, como lo fue doña Tecla Funes, don Luis Gerónimo Lucero Riera, primer maestro nativo, y por supuesto, la sabiduría de Juan W. Gez, como de otras personas destacadas que hicieron pujante este pueblo y llevaron la bandera de la Puntanidad fuera de los límites.
Todos estos personajes y hechos inspiraron a Gabriel Calderón Santander para escribir su libro tras doce años de recolectar y organizar material, contando como antecedente otro libro “Bienvenidos a Nogolí”, donde el mismo autor se basó en los estudios de Juan W. Gez, considerado uno de los intelectuales más importantes de la provincia a fines del siglo XIX y con un legado muy importante en la cultura de nuestro país.
Para el autor es una meta cumplida, ya que expresa los deseos y anhelos de una comunidad que necesita construir sus cimientos, “mi obra es un homenaje al sueño que tuvieron los antiguos habitantes de Nogolí y una forma de preservar la historia que se transmitía oralmente, para las generaciones futuras”.
“Llegar a conocer fehacientemente la fecha de la fundación del pueblo es un logro importante hacia la identidad misma de la sociedad que vive en este lugar, guardando para las nuevas generaciones el valor indiscutible del “sujeto nogolicense, como lo dató Juan W. Gez en su oportunidad al encontrar el Homo Nogolicense en las sierras de la zona”.
Un encuentro con el pasado
Tras doce años de búsqueda, el autor rescató material que había diseminado en el pueblo, fundamentalmente oral, intercalado por un cúmulo de documentos del Archivo Histórico Provincial, un rompecabezas que comenzó a tomar forma.
El libro tiene la historia del pueblo, el rescate de la transmisión oral de sus habitantes sobre sus orígenes, también evoca los estudios realizados por Juan W. Gez, Urbano J. Núñez, y Jesús Liberato Tobares, que dejaron precedentes de lo que era Nogolí hasta los años 30.
A partir de allí empieza mi trabajo en profundidad, con una serie de documentos del Archivo Histórico de San Luis, en ese marco de investigación está la nota donde habla de la delimitación del pueblo.
La propuesta literaria contiene poesía, para matizar los datos duros de fechas y formalidades de los documentos, “trato de que mis textos sean bonitos, trato de darle el enganche para que se pueda leer y entender, es para un público común, sino se pone muy tedioso, como todo libro de geografía, o de historia”, reflexiona el autor con la idea de salirse de los moldes.
Que orgullosa estaría mi madre nacida en Nogoli hija de don Daniel Funes y doña Manuela Perez.
Muy Linda Investigacion. Ni me imaginaba los orígenes de Nogoli.