Editorial, La Aldea y el Mundo, San Luis

Las mujeres en los medios sociales

En 2009, la estadounidense Anita Sarkeesian inicia el blog feministfrequency.com para despertar la conciencia sobre los temas sexistas en la cultura popular y hacer más feministas a los medios. Su canal de YouTube atrae a más de doscientos mil suscriptores y en 2015 se asocia con Intel para incrementar la diversidad y la inclusividad en la industria de la tecnología.

En 2012 Laura Bates funda el proyecto Everyday Sexism en el Reino Unido, una plataforma para que las mujeres compartan sus experiencias con la desigualdad de género cotidiana. En 20 meses, el proyecto alcanza una presencia global con cincuenta mil entradas y se ha extendido a dieciocho países, documentando todas las experiencias sexistas, desde las más pequeñas hasta las más catastróficas.

En 2013, en Alemania, Anne Wizorek comienza #aufschrei (clamor), que se hace viral cuando las mujeres comienzan a compartir sus experiencias de acoso sexual tras los comentarios sexistas del político del FDP Rainer Brüderie.

En 2014, la grabación que muestra al jugador de la NFL Ray Rice cuando golpea a su entonces prometida Janay Rice desencadena coloquios públicos sobre los malos tratos domésticos, a los que responde la escritora estadounidense Beverly Gooden con la campaña #WhylStayed, para destacar las complejidades de abandonar una relación violenta. En el mismo año la británica Laura Coryton inicia la petición en la red “Stop Taxing Periods. Period”, que tuvo éxito al presionar al gobierno de Reino Unido para eliminar el “impuesto al tampón” y continúa dando su apoyo a campañas globales similares.

Mujeres en los medios sociales: Anita Sarkeesian, Laura Bates, Beverly Gooden y Anne Wizorek.

En 2016, en Polonia, Malgorzata Adamczyk inicia la campaña #czarnyprotest (protesta negra) en la que las personas comparten selfis en los que visten de negro para protestar contra las leyes que limitan el aborto. Se convirtió en la campaña más compartida del año, llegando a cuarenta y cuatro millones y medio de personas.

En 2017, la afgana Lalem Osmany crea #whereismyname para animar a las personas a usar nombres de mujeres en desafío a los tabúes culturales de los afganos. Kamla Bhasin lanza la campaña #PropertyForHer en los medios sociales en el sur de Asia. La campaña pide a los padres que se comprometan a dejar, en herencia, a sus hijas una parte igualitaria de su propiedad, y pide a los hermanos que apoyen a sus hermanas: “Tu hija en tu corazón y en tu testamento”. La actriz estadounidense Alyssa Milano anima a las mujeres de todo el mundo a compartir sus experiencias de violencia sexual usando la etiqueta de Tarana Burke #MeToo. La campaña adquiere una fuerza enorme al hacer pública la prevalencia de las violaciones y la violencia sexual. En Facebook, más de cuatro millones setecientos mil usuarios utilizaron las etiquetas en las primeras veinticuatro horas. Otras campañas similares se extendieron a más de ochenta y cinco países: en España se convirtió en #YoTambién, en Francia en “BalanceTonPorc (Expón a tu cerdo), y en Italia en #quellavoltache (Aquella vez que).   

De HISTORIA DEL MOVIMIENTO FEMINISTA. Editorial BLUME