La Aldea y el Mundo, San Luis

El signo y nuestro cuerpo

Por Élida “Chiquita” Alessio

A través del cuerpo se expresa nuestra vida. Para comprender más este mecanismo existente entre el cuerpo, mente y espíritu, también existe una forma más completa de analizar nuestra vida y ver así cuáles son las cosas que nos molestan y que en algún momento nos detienen para alcanzar nuestro objetivo personal de encontrar nuestro verdadero propósito de vida.

Si comenzamos a tener en cuenta otros factores como lo son el signo solar bajo el cual nacimos, el signo donde rige nuestra luna, que es la manera de expresarnos en nuestras emociones y nuestro ascendente, lo que corresponde a qué tipo de personalidad vamos a desarrollar de acuerdo a la crianza que recibimos y al entorno en el cual vivimos, podremos darnos cuenta cómo reaccionaremos a los eventos que la vida nos enfrente.

También existe una conexión directa entre el signo y las diferentes partes del cuerpo. Si nos sintonizamos a las áreas que son regidas por nuestro signo, luna o ascendente, podremos saber que nuestro cuerpo nos está indicando corregir. Por ejemplo:

Aries: rige la cabeza, el cerebro, los ojos y la cara.
Tauro: rige la garganta, el cuello y las orejas.
Géminis: rigen los hombros, brazos, manos y el sistema respiratorio.
Cáncer: rige el estómago, mamas o pecho.

Leo: rige el corazón, la parte superior de la espalda y los costados.
Virgo: rige la vesícula, intestinos, bazo y páncreas.
Libra: rigen los riñones, el área lumbar o parte de la espalda.
Escorpio: rigen los genitales, vejiga, recto y el sistema reproductor.
Sagitario: rige el hígado los muslos y la cadera.
Capricornio: rigen las articulaciones y las rodillas.
Acuario: rigen los tobillos y el sistema nervioso.
Piscis: rigen los pies.

El lado izquierdo del cuerpo es el más débil, por ende allí se refleja todo lo que es intuitivo, creativo, pasional, pasivo o inconsciente. Siempre las enfermedades más complicadas se dan en esta parte del cuerpo. Es nuestro lado del cuerpo que refleja dónde nos han lastimado, dónde nos hemos sentido víctimas de alguien y dónde guardamos la memoria celular de todas nuestras heridas y resentimientos. Tenemos que prestar mucha atención a lo que nuestro cuerpo quiere decirnos, antes de que tenga que crear una enfermedad o un accidente para alertarnos de que no estamos felices o de que ya no podemos cargar más con nuestras infelicidades. Es importante reconocer esto pues si no, habremos perdido la lección que venía acompañada de la crisis y ésta nos volverá a golpear más adelante en el camino. No dejemos que nuestro cuerpo sufra, reclamemos nuestro genoma original de perfección que nos fue concedida en el origen de la creación. Donde fuimos formados a la imagen y semejanza de nuestro Creador.
Asumamos nuestro poder de elección para así escoger vivir una vida de Amor, Salud, Paz y Prosperidad.