Todas cosas mezcladas: buenas, malas y regulares…
Iris
Hace unos días, Luis Brandoni había criticado a Ricardo Darín por haber actuado en “Argentina 1985”, película que, para él, era una “canallada” y “peronista”, por no mostrar a Raúl Alfonsín. Ahora Ricardo dio su opinión al respecto: “No pienso contestarle a Luis, porque estoy anonadado todavía, con dolor en el alma. No pienso responder a esto, porque me parece que es contribuir a una cosa que no tiene ni pies ni cabeza. No sé de dónde surge, no sé qué le pasa. La verdad, estoy… como muchas otras personas, estamos estupefactos, esta es la realidad. No me voy a subir a esto, porque es un delirio”. “Argentina 1985” fue uno de los últimos sucesos dentro de la industria cinematográfica nacional. No sólo conquistó la taquilla, con más de un millón de espectadores y una recaudación de $658.380.528 pesos, sino también a la crítica con numerosos premios y una nominación al Oscar.
¿Vos leíste esto? Yo te juro que no entiendo qué corno pasa en la Argentina. ¿O será en el mundo? Hay gente que quiere pelear por cualquier cosa. Se enojan por lo que hacen otros.
Podés opinar, podés pensar lo contrario, pero no podés descalificar una expresión artística de semejante manera. Menos mal que Ricardo Darín respondió con sensatez.
Mi sobrina dice que es propio de gente grande. No me parece. Hay como una envidia y un resentimiento muy grandes. Incluso, a veces, pongo la televisión y se están peleando por cualquier pavada.
Gritan, se descalifican, mezclan todo. Ponen a los hijos pequeños en el medio, no respetan nada, se burlan de cualquier cosa, discriminan. Me parece que está todo patas para arriba. Por eso nena, me parece que hay que serenarse. Mucho escándalo, mucha amenaza, mucha incertidumbre. ¿Estamos todos locos? Vamos más despacio, aclaren las cosas, más respeto. Ya no se entienden ni qué corno pretenden.
Che qué aumentos que se vinieron. El Alberto se pasó, dicen todas. Acá la gente del barrio tiene una alegría que no te puedo explicar. Están pensando en pagar algunas deudas viejas, y comprarse algunas cositas que estaban necesitando desde hace mucho tiempo. Qué satisfacción por esas chicas, por esas familias. Son trabajadoras, algunas de inclusión, otras empleadas públicas, pero todas honestas y buena gente.
Se lo merecen. Se sacrifican, no son vagonetas, y ahora se sienten muy recompensadas. Qué bueno. Se cruzó el pibe de acá enfrente que es contador o algo así y les explicó todo. Igual se entiende clarito. Pero son de distintas categorías y eso. Bueno, menos mal… un tiro para el lado de la justicia. Yo estoy leyendo y estudiando todo lo que dice Massa para las jubiladas y pensionadas, a ver qué me toca.
Te digo la verdad, si junto unos mangos a fin de año me hago un viajecito. No te prometo nada, pero tengo unas ganas de pasar unos días en Carpintería que ni te cuento. No te conté que la Hildita se enganchó un punto que las llevó de vacaciones a Brasil, a una playa acá del sur. Manda unos videítos tomando sol, bastante ligerita de ropa. Y le mete caipiriña que da calambre, come feijoada y todo eso con porotos negros. En una de esas, tenemos suerte y no vuelve nunca más. El amor es así. Son flechazos que te marcan la vida.
Me tienen repodrida algunos trámites que me piden claves, y esas cosas que me olvido. Me anoto todo en un cuadernito, pero después pasa el tiempo y empiezan que se me venció la clave y tengo que renovarla. Tacho, y se me arma un lío grande. Hay unas plataformas que son muy complicadas, que vencimiento, que código de seguridad, que fecha de vencimiento y la mar en coche. Es imposible. Me parece muy complicado, que se dejen de embromar. Y si les decís algo, te aclaran que es por tu seguridad. Ni te cuento si se te ocurre hablar por teléfono. Ingrese los dieciséis números de su tarjeta. Tomatelas. Imposible. Insoportable. Y llegás al final del trámite, y viene que disculpes, pero en este momento no puede ser. Basta por favor.
Perdoname, te dejo porque me trajeron unos vinitos de Cafayate, en Salta, y estoy organizando un lindo brindis con las chicas. ¡Salud!