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Sobre la Historia de Villa Mercedes

Por Walther Alberto Medaglia

San Ignacio, una batalla decisiva
(parte final)

El 26 de enero de 1867 entra a la capital de San Luis el ejército federal comandado por el Teniente Coronel Francisco Álvarez y domina la ciudad. Daract hace dos días había delegado el gobierno a Feliciano de la Trinidad Barboza, al decir de Gez sobre la actitud de Daract: “…y retirose a su casa a esperar los acontecimientos”. Esto no evitó que las fuerzas invasoras lo apresaran y engrillaran, luego sugieren a Barboza que entregue el gobierno, petición a la que éste sin resistencia alguna accede.
A pocos días, la Asamblea Electoral designa al Coronel José Felipe Saá como nuevo gobernador, quien nombra como sus secretarios para que lo acompañen en la gestión a Bernabé Gómez y a Víctor Guiñazú. Al día siguiente le envía a Rodríguez una carta a Mendoza donde expresa: “Si ha llegado a tu conocimiento el decreto del gobierno de Córdoba (de convocatoria de reclutamiento), no te alarmes porque esas fuerzas será las que darán el último golpe, si es que sale del lazo que le hemos tendido (se refiere al general Wenceslao Paunero). La situación de él es desesperante: en sus mismas fuerzas tiene sus principales enemigos. Te adjunto la que dirige Paunero (una correspondencia interceptada) a Marcos Paz (vicepresidente de Mitre) tomadas ayer 22. Por ellas verás que todo lo espera de Córdoba, sin conocer el infeliz que esa provincia le es del todo adversa. Por eso es que te repito que no te alarmes del gobierno cordobés sobre movilización de fuerzas…” (7).

Wenceslao Paunero (Uruguay, 1805 – Río de Janeiro, 1871), fue un militar argentino nacido en la Banda Oriental,
miembro prominente del Partido Unitario.


A la semana, José Felipe delega el mando en Guiñazú para unirse con su hermano Juan Saá en Villa de Mercedes, el encuentro tiene por objeto alistar el Cuatro de Caballería en la causa, no debemos olvidar que éste se encuentra bajo las órdenes del acérrimo enemigo Coronel José Iseas, en principio obedece y se apresta para enfrentar a las fuerzas nacionales que sin duda pronto llegarán. Mientras, se esperan nuevos levantamientos federales, puede ser Córdoba, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y algunas otras provincias. El 1º de abril aparecen las fuerzas nacionales al mando del General José Miguel Arredondo que había sido desafectado por el mismo Mitre de la guerra del Paraguay para bajar a San Luis, lo acompañan oficiales de alta graduación, prueba de la importancia que dedican a recuperar la Provincia, integran, entre otros, las fuerzas de Arredondo: el general Wenceslao Paunero, el general Ignacio Fotheringhan, el teniente coronel Luis María Campos, el teniente coronel Teófilo Ivanowski. San Ignacio, a 10 leguas al oeste de Villa de Mercedes a la margen del río Quinto, es el lugar de la batalla, cuando todo parecía que el triunfo sería federal, dado como venían dándose los acontecimientos. Cuando no, se desbandó Iseas pasando el Cuatro a ejército nacional, motivo que inclina la balanza a favor de los mitristas, produciéndose la huida de las tropas federales. Los Saá escapan a Chile y los soldados que caen prisioneros son degollados por orden de Arredondo. Narrada por Leopoldo Lugones, la batalla fue así: “A las tres y media de la tarde empeñase la acción. En medio de polvaredas sombrías, el choque adquiere tintes dramáticos. Racimos de caballería gaucha, con más coraje que orden, envuelven en verdaderos enjambres a los batallones de la Nación. En un momento dado, todo parece perdido para éstos: el 4º de caballería, mandado por el coronel José Iseas, se desbanda; los otros, soldados conducidos al combate por el coronel Segovia, nada pueden ya contra el huracán de lanzas enristradas. En aquellos instantes supremos, decide la acción el 6º de infantería, cuyo jefe, el comandante Luis María Campos, increpa a los suyos en un lacónico lenguaje militar, subrayado con un epíteto enérgico. ¡Y carga entonces con infantería a la caballería! La audaz operación tiene éxito. Dispersanse las milicias revolucionarias. Su caudillo, Juan Saá, derrotado, y apenas acompañado de unos pocos, se aleja del campo de batalla. Luego, otra vez, pasa a Chile” (8)
San Ignacio significa en la historia argentina la batalla clave que cambia su curso, los potenciales levantamientos quedan abortados, los revolucionarios se debilitan anímicamente y sufren derrotas que terminan con la última y romántica aventura federal. El 5 de abril se hace cargo del gobierno de San Luis José Rufino Lucero y Sosa y en Villa de Mercedes se confirma al Coronel Iseas, ambos de la línea política de Daract y Barbeito por ende mitristas. El 1º de mayo regresa Daract de Mendoza donde se encontraba preso, no se hace cargo del gobierno y presenta su renuncia a la legislatura, ésta se la rechaza. Insiste dos veces hasta que se la aceptan, se nota que a don Justo demasiados entreveros lo habían ablandado. Se lo nombra interinamente a Lucero y Sosa, y en forma definitiva como Gobernador Propietario el 21 de noviembre de 1867. Su gabinete lo integran José Napoleón Sosa como ministro de Gobierno y Hacienda y Faustino Berrondo en Justicia, Culto e Instrucción Pública.