La Aldea y el Mundo, San Luis

El dengue, el fútbol, los realitys y Malvinas siempre presente

IRIS

No está bueno el clima me parece. Mucha gente enojada y muchas cosas que no se entienden. No me voy a meter con el señor presidente y todas las roscas de la política, pero sinceramente, lo de los perros (“mis hijos de cuatro patas”) no lo entiendo. No pesco cuál está vivo, cuál está muerto. Que los nombres son nombres de economistas, unos de la escuela austríaca, otros no sé de qué escuela. Milton por Friedman, pero me parece que ese es de la Escuela de Chicago, no de Viena.

Mucho barullo, mucha agresividad. Mucha cosa confusa. Me da la impresión de que conviene serenarse un poco.

Terrible lo del dengue. Es una cosa muy seria. A veces todo queda en el mosquito y el repelente que no se consigue, y en volver a los mosquiteros, pero hay gente que la pasa muy mal y en San Luis hasta hemos tenido muertos. Gente muy joven.

Me parece que habría que explicar mejor y ayudar a que todos encuentren solución para una cuestión tan grave y lesiva.

Otra vez fútbol por todos lados. Nacional, regional, internacional. La Champion, la Libertadores, la Liga, la Sudamericana. Juegan en cualquier lado, parece que a los jugadores de Boca se les rompió la camioneta y tuvieron que hacer dedo en Bolivia. Por Sucre, por allá. Al final empataron, hubieron arreglado un punto para cada uno y se ahorraban el viaje. Encima parece que hubo un penal y un tal Pipa Benedetto reventó el travesaño. Porque no dejan que tire otro y chau. Pobre un jugador de Boca se lastimó y tuvieron que operarlo. Dicen que está de noviecito con la Morena Beltrán, una periodista jovencita, muy lindita que se puso muy triste por la lesión.
Ya sabés que no soporto Gran Hermano. Me resulta insufrible. No lo resisto ni tres minutos. Mucho menos los programas satélites que se dedican a comentar Gran Hermano. Pero el lunes a la noche se escuchaban los gritos de todos lados porque se salvó una tal Furia que querían echarla de la casa. Una pelada rubia. Un escandalete de proporciones. Al final se fue otra: Cata.

Se quejan porque dicen que hay acomodo y que está todo arreglado. No sé para qué corno lo miran.

Cambien de canal, ya les dije pueden dedicarse a observar la gota en la hoja o en el oso polar en la estepa rusa. Igual dicen que el programa es un gran éxito. Está claro que cada vez estoy más lejos del éxito. Viste que dicen que hoy es todo “reality show”. Con perdón, a mí siempre me gustó otra cosa. Disfruté de las buenas actrices, de los grandes directores. De los vestuarios interesantes, de escenógrafos, de profundos y memorables autores y guionistas, de historias importantes, de puestas en escena pretenciosas, de bailarinas atrapantes, de cantantes afinados. Y no siempre dramas: me encantaban los programas de humor, los de comedia, los shows tipo Tropicana Club, los entretenimientos tipo “Dígalo con mímica”, los “Sábados circulares de Mancera”, los monólogos de Tato Bores, “Buenas tardes mucho gusto” y por supuesto todas las novelas de la vida, sobre todo las que me hacían llorar con lágrimas muy sentidas todas las tardes de mi gloriosa existencia. Hasta “Domingos para la juventud” me encantaba. Me veía hasta al cura que cerraba la transmisión, “Momento de meditación” se llamaba. Otra vida, otros momentos, otra Argentina. Una sociedad en un mundo distinto que pretendía otra cosa. Solo existía la televisión abierta. Ni cable, ni internet, ni la mar en coche. Hoy es esto lo que se impone, y vamos para adelante. Nena, contame un poco qué rabanito hiciste en el feriado eterno que empezó el Jueves Santo y no terminó nunca.

Algunos pocos pudieron tomarse el buque hacia cualquier parte, pero hubo mucha gente que se pescó un aburrimiento de novela.

Hicimos campeonato de todo. Ya no sabíamos a qué corno jugar. Nos tomamos cinco mil ochocientos mates. Comimos pan casero hasta reventar. El martes 2 de abril, el día de Malvinas, fuimos al acto. Porque corresponde, siempre vamos. Nos ponemos un poco triste porque se nos remueven muchos recuerdos. Y además es nuestra forma de mantener vivo el reclamo y honrar a los que se la jugaron en esa patriada, y a sus familias.