Torpeza, desprolijidad, desesperación o “falta de experiencia”. Quizás algunas de estas consideraciones se pueden aplicar a una decisión que tomó la nueva y joven intendenta de Quines, Antonella Macías, que con un decreto fechado el feriado del 31 de diciembre pasado, “intentó tapar una pesada herencia que le dejó su padre Oscar ‘Paco’ Macías”.
El exintendente (ahora diputado provincial por Ayacucho) entre “desprolijidades y oscuros desmanejos” le dejó a su hija y sucesora una brasa caliente, con las cuentas al rojo vivo.
El “sugestivo instrumento” impulsaba descaradamente la modificación del Presupuesto 2023 correspondiente a la gestión de su padre (es decir que estaba gobernando para atrás, con el retrovisor) “porque no le daban los números”.
Esta maniobra, a llegar a conocimiento de la comunidad, sacudió la vida política e institucional del pueblo que, como cada situación grave que se presenta, vive ahora este culebrón con especial intensidad.