De la majestuosa arquitectura de la majestuosa Barcelona
Editorial
Al pensar en Barcelona aparecen en nuestra mente los edificios más icónicos del gran Gaudí. Pero la arquitectura de tan intensa ciudad es mucho más compleja, diversa, profunda y original. Se conjugan allí, en ese magnífico espacio de Cataluña, una serie de estilos que, bien diferentes, conviven en perfecta armonía.
Tal vez el estilo con menor presencia en la actualidad sea el románico, que se desarrolló entre los siglos XI y XIII y se caracteriza por la presencia de elementos arquitectónicos como el arco de medio punto, las bóvedas de cañón y de arista o contrafuertes muy desarrollados, como puede verse en el Monasterio de Santa Ana.
También el barroco (siglos XII a XIV) se encuentra representado en las calles de Barcelona. La Iglesia de Betlem, con sus columnas salomónicas, y la Iglesia de San Severo, con un interior suntuosamente decorado, son algunos ejemplos.
El gótico, en cambio, es uno de los estilos más visibles de la ciudad. Surgió entre los siglos XIII y XVI con construcciones de altura, ventanas pequeñas pero alargadas, y una decoración austera, que acentuaba las formas arquitectónicas, como las bóvedas de crucerías y los arcos apuntados. Los ejemplos más destacados son el denominado barrio Gótico, la Catedral de Barcelona y la Basílica de Santa María del Mar, entre otros.
Sin embargo, el modernismo catalán parece dominar la principal urbe de la región. Surgido a finales del siglo XIX como consecuencia de la revolución industrial, este estilo se revela ante el pasado buscando nuevas formas estéticas de edificar: la naturaleza es su principal fuente de inspiración. El modernismo conjuga la funcionalidad con la decoración. En sus edificios predominan las líneas curvas, la asimetría y una gran ornamentación. Para ello, se introducen nuevos materiales, como el hierro, el ladrillo (que venía en desuso), azulejos, mosaicos y vidrieras llamativas. Su mayor exponente fue el gran Antoni Gaudí, quien diseñó verdaderas obras de arte edilicias tan maravillosas que han sido catalogadas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Es el caso del Parque y el Palacio Güell, Casa Milà, Casa Batllò y la fachada del Nacimiento y la cripta de la Sagrada Familia, Casa Vicens y la cripta de la Colonia Güell.
La organización de los Juegos Olímpicos de 1992 supuso una auténtica revolución urbanística. De la mano de los más famosos arquitectos contemporáneos, surgieron construcciones modernas, funcionales y sostenibles que cambiaron la fisonomía de la ciudad. El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, el Palacio de Sant Jordi y la Torre Calatrava, son muestras de ello.
Con todo, elija el estilo que quiera, pero no puede dejar de visitarla.