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El redescubrimiento del Paso de los Césares cerca de Justo Daract

La supuesta existencia de una fastuosa ciudad con grandes riquezas, como oro, plata y piedras preciosas, y cuyos moradores, de tez blanca, gozaban de prolongadas y placenteras vidas, ubicada aparentemente sobre los 45° de latitud sur y recostada sobre la falda de la Cordillera de los Andes, dio origen a una de las más notorias leyendas del cono sur americano: la Ciudad de los Césares.
Este mito, originado en 1528 por las noticias traídas por el expedicionario español Francisco César, produjo un gran estímulo para el emprendimiento de grandes expediciones hacia las Pampas y Patagonia, dando como resultado el descubrimiento y exploración de muchos territorios. El sur de Córdoba y San Luis fueron escenarios de algunas de estas expediciones, siendo la realizada por Gerónimo Luis de Cabrera (nieto del fundador de Córdoba) en 1620-1621, la que llevó un detallado diario de viaje que nos posibilita hoy conocer los sitios de paso de la misma. Por aquellos primeros años del siglo XVII se conocía la tierra adentro sólo hasta el río Quinto. Más allá era todo un misterio para los exploradores españoles que sedientos de oro y otros metales preciosos se aventuraban en territorios inexplorados. Gerónimo Luis de Cabrera cruzó el río Quinto por un paso que, debido a la misión emprendida, sería conocido en la posteridad como Paso de los Césares.
Dado el desconocimiento de la existencia de este sitio en la región, es que deseosos de identificar la ubicación actual del sitio, iniciamos un arduo trabajo de gabinete con mapas de mensura antiguos de distintos lotes y de la provincia de San Luis, que se hallan en la Dirección de Catastro de dicha provincia, mapas más modernos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) e imágenes satelitales recientes. Con software informático llevamos las tres fuentes de imágenes a la misma escala, pudiendo corroborar donde quedaría el antiguo Paso de los Césares sobre la imagen satelital actual, logrando determinar con bastante certidumbre las coordenadas geográficas (latitud y longitud) de dicho paso.

Mapa expedicionario desde la partida desde el río Cuarto e ingreso a nuestro San Luis por el
Paso de Los Césares hacia el sur. / De izquierda a derecha: Norberto Mollo – Norberto Perassi

La etapa siguiente consistió en dirigirse al lugar donde actualmente se halla el Paso de los Césares, que corresponde al campo de don Alberto Becerra y Rosa Oyola, situado a orillas del río Quinto y junto a la ruta provincial 14, a unos 6 km al SE de la ciudad de Justo Daract, provincia de San Luis. Fuimos recibidos con amabilidad y acompañados por el señor Becerra en una caminata por las barrancas y montes de caldén, con muchos arbustos espinosos y la proliferación del junco negro que con sus aguzadas puntas nos molestaban todo el tiempo. Sin duda el paisaje natural intacto y la proliferación de la vegetación nos remitieron a un pasado lejano, en donde aquel explorador español había surcado estas tierras. Tras intensa caminata llegamos al lugar señalado por las coordenadas, y bastante rápido dimos con una rastrillada que conducía a un lugar donde la barranca casi no existía: era el Paso de los Césares. La satisfacción de los tres fue enorme, ya que pudimos hallar el lugar y al mismo tiempo comprobar que nuestros cálculos en el gabinete no estaban errados.
Gerónimo Luis de Cabrera partió desde Córdoba el 26 de octubre de 1620, con su caravana integrada de 400 hombres, 200 carretas y alrededor de 6.000 vacunos, arribando al río Cuarto el día 31 de dicho mes. Al día siguiente se trasladan hasta el arroyo Santa Catalina donde permanecen hasta el día 25 del mismo mes. El día 28 de noviembre de 1620 arriban al río Quinto cruzándolo por un paso que Cabrera bautizó como “San Andrés de Cabrera” y que posteriormente será conocido como “Paso de los Césares”, dada la misión que llevaba esta expedición. Estos exploradores circulaban por rastrilladas preexistentes las que habían sido demarcadas por el deambular de los pueblos “Pampas” o “Querandíes”, quienes eran los primitivos habitantes de la región. La expedición continúa hacia el SO y luego hacia el S, siguiendo una vía de comunicación indígena que luego sería conocida como “Rastrillada de las Pulgas”. Atravesarían todo el sur de la actual provincia de San Luis y la zona del caldenal pampeano en la actual provincia de La Pampa, donde a causa de un voraz incendio perderían varias carretas y la vida de un esclavo negro. Junto al río Colorado hallaron una tribu de la etnia Pampa que hablaba la lengua “caguané”, que era la misma que se hablaba en las pampas cercanas a Buenos Aires. Llegaron al río Negro, a la altura de Choele Choel y lo siguieron aguas arriba hasta su origen, donde hoy está la ciudad de Neuquén. Tomaron por orillas del río Limay hasta encontrarse con el río Picún Leufú, y remontaron por éste rumbo a la precordillera. Llegaron al Valle de “Cután” (hoy Aluminé) donde la expedición fue atacada por los pehuenches que los hostilizaron permanentemente y los obligaron a regresar. Llegaron a Córdoba en los primeros meses de 1621 con las manos vacías, pero habiendo adquirido un importante conocimiento geográfico y de la distribución de las poblaciones indígenas en las por entonces pampas desconocidas.