San Luis

SÍNTESIS DEL PERIODISMO PUNTANO

Antes de estudiar someramente algunos periódicos de esta ciudad, queremos destacar (sólo con el objeto de que la juventud comprenda cuánto falta realizar en el terreno de la investigación histórica), el resultado feliz de nuestra no muy tranquila heurística.
Cinco autores, fuera de Zinny, hemos utilizado para tomar puntos de referencia, en nuestra labor: Gez, Rojas, Juan Rómulo Fernández, Galván Moreno y Alfredo Ferroni. Limitándonos al periodo 1858-1913, es decir, desde “La Actualidad” hasta “La Opinión”, decano de los diarios que se publican en esta ciudad, podemos sintetizar las referencias a lo siguiente: Gez menciona 28 publicaciones; Rojas, sólo 5; Fernández 32; y Galván Moreno, 30. Ferroni, que si bien plagió toda la parte relacionada con el periodismo en esta ciudad, aporta nuevas noticias con respecto al mercedino, menciona 38 publicaciones.
Pues bien: nosotros podemos agregar, todavía, 13 más. De manera que, sin necesidad de ahondar mucho, afirmamos que, desde 1858 hasta 1913, aparecieron en esta provincia alrededor de 51 publicaciones. Es decir: casi el doble de las que enumera Gez, y diez veces la cifra que Rojas asienta con tanta autoridad.

Sáez y “la actualidad”
A principios de 1858 llegó a San Luis el hombre que habría de iniciar el periodismo en esta ciudad: el mendocino Manuel Antonio Sáez, cuya personalidad ha estudiado, aunque un tanto “fuera de foco” nuestro ático Sosa Loyola.
Sáez estudió Derecho en Alemán, viajó por varios países, fue periodista en Mendoza, sufrió el oprobio de la cárcel y conoció los sobresaltos de la fuga.
Recaló en la ciudad de la Punta, encorvada de rencores su pluma. Y protegido por su tío, el gobernador Daract fundó “La Actualidad” para combatir a sus comprovincianos.
Las buenas intenciones de que blasona en su primer editorial (anzuelo en el que quedara prendida la ingenuidad de Gez), no pasó de un “camouflaje”, como bien lo hace notar Sosa Loyola.

El investigador e historiador don Juan Wenceslao Gez toma nota en su libreta de apuntes. En el interior de la Provincia de San Luis, hacia 1925. Foto: José La Vía.


Y Sáez, que según afirman algunos, “era superior a su tiempo”, se vio de pronto envuelto en una desigual contienda.
San Luis, por esos días, era un refugio de togados vecinos y a la vez almácigo de quisquillosos leguleyos. Cordobeses y sanjuaninos, mendocinos y puntanos, no le daban mucho descanso a la escuálida Temis ni a sus cambiantes hijas.
Cuando el gacetillero de “La Actualidad” empezó a revolear la honda, se alzaron los leguleyos como bandada de jotes.
Y ahí fue Troya. De nada le valió al sobrino la buena sombra del tío. Pronto su copetudo papel con membrete (el primero que se usó en esta ciudad), dejó de anunciar al erudito “Juez de 1ª Instancia en lo Civil”, para arrugarse de decepciones.
Primero cayeron los redactores, José Cortés Funes y Francisco Fidié.
Después, el mismo Manuel J. Olascoaga, el de la metralla rimada, se dio cuenta de que “iba para peor la mejoría”. Por fin, el mismo Sáez empezó a cansarse de la Novísima Recopilación de Escriche, porque no amainaba la tormenta. Y acaso bien aconsejado por Daract (que, aunque no fuera superior a su tiempo, sabia capear mejor los temporales), el primer periodista puntano liquidó sus cuentas y salió a buscar mejores aires para su pluma. Y aunque Gez supone que se alejó definitivamente, y Sosa Loyola cree que volvió de paso en 1862, “siempre con genio andariego y vivo”, la verdad es que, en junio de 1859, Sáez actuaba en esta ciudad como agrimensor público, ocupación seguramente menos arriesgada que la de gacetillero togado.

(*) La imprenta en San Luis