Raquel Weinstock

ADIÓS RAQUEL

El lunes 24 de febrero a los 67 años fallecía Raquel Weinstock luego de largas batallas contra sus problemas de salud. San Luis despidió a una mujer luchadora, hacedora de cultura y defensora incansable de los derechos humanos para personas con discapacidad.

Se recibió de Licenciada en Letras de la Universidad Nacional de Córdoba en tiempo récord. Como escritora apasionada y comprometida con temas sociales colaboró con este Diario desde el año 2012 hasta sus últimos días. Desarrolló una ardua labor social, en investigación y en prensa; para mencionar algunas acciones enunciaba: “comencé en el diario ´Puntal’, fui creadora de la Dirección de Prensa y Difusión de la UNSL, del diario “Presencia universitaria”, participé de la creación de la Editorial de la UNSL. Autora del rescate de la obra de José La Vía, auspiciado por Kodak. Gestioné la donación de la piedra donde se esculpió el rostro del primer rector Mauricio López y la cesión de derechos de la obra de Antonio Esteban Agüero. Mi hacer junto a Alberto Puchmüller fue mucho e intenso, como homenaje a esta experiencia escribí el libro “El Rector”. Soy autora del libro ‘40 años de El Diario’ y coautora con Mariela Quiroga Gil y Eduardo Gomina del libro ‘100 años de periodismo en San Luis’. Fui directora de ‘La voz de la mujer’, publicación gestionada por Tona Salino. Fundé la Secretaría de Comunicación del Superior Tribunal de Justicia. Creadora y directora de la revista de Carolina Cable Color y directora periodística de La Revista de El Diario de la República. Empecé a trabajar con Alberto Rodríguez Saá cuando fue jefe de Gabinete, pedí ir al Programa de Capacidades Diferentes. La gestión de Alberto fue vertiginosa, logramos hacer visibles a los discapacitados, respondiendo todas las demandas…”

Raquel vivía y vive en sus hijos, así lo describió: “soy mamá de Damián José y Rayza a los que crié sola. Los formé libres; nunca los afilié a ninguna religión, pero con normas de solidaridad, de luchar por lo que creen, ser leales y nunca obsecuentes, que nadie les impida lograr sus objetivos y ser felices. De no dejar que nadie los humille. Estoy orgullosa y soy responsable de ellos”.

Entre tantos textos profundos con los que acompañó las ediciones de La Opinión y La Voz del Sud en “su página 34” rescatamos uno publicado un 29 de diciembre de 2012. Sentimos que desde él Raquel nos cuenta la forma en que siempre estará regresando para quienes la conocieron y quieran reencontrarla.

Este espacio del Semanario La Opinión está dedicado a su memoria.

LOS REGRESOS POSIBLES,
por Raquel Weinstock

Si no regreso, no será culpable el olvido.
Ni será definitivo. Me quedaré en la memoria de las huellas de tus manos, en la mirada de todos los ojos que descubrí asombrados, doloridos, amados, ausentes o hipócritas.
En el contorno de tu figura, donde cabe exactamente mi cuerpo. En la música cantora insaciable de mi vida. En los cuadros que elegí como compañeros inamovibles, custodiándome desde las paredes.
En el aroma turbulento de los jazmines. En mi archivo envejecido pero bien amado. En algunos libros donde encontré o me encontraron historias no vividas.
En los bares, cuando la madrugada nos distingue. En construcciones jesuitas exultantes de misterio y de belleza, en calles empedradas, en niños solitarios, en perros vagabundos con una bolsa de basura colgada de su hocico, con la actitud de un ladrón perseguido.
En la noche, en los amaneceres, nunca en la mañana. En las lluvias tormentosas, o en la hora del ocaso. Con un vaso de alcohol en la mano y un beso en la boca, tu boca, hacedor de utopías, caballero errante.
Si no regreso, habrá que celebrar mi presencia, en estas cosas. En mis hijos, en mis amigos, junto a mi risa, o a mi ira. De otra manera sí me habré ido para siempre, sin haber gastado las caricias que, sin saber, guardé hasta que golpeaste la puerta, en la noche y los ladridos te anunciaron.