Expresiones de la Aldea, San Luis

UN FRAGMENTO EXQUISITO SOBRE UNA PLAZA ENTRAÑABLE

Iris

Nena, me aburre Facebook. Muchas pavadas, mucha tilinguería. Pero de vez en cuando aparecen joyas imperdibles de gente amiga. Te paso estas palabras imperdibles de la Leti Maqueda, entre otras tantas cosas, una vecina comprometida y con memoria:

“…Hace mucho tiempo atrás, la Plaza Pringles era un espacio bello y sencillo y en esa sencillez, despojada de ornamentaciones excesivas, estaba su encanto. Tenía su centralidad con la estatua de Pringles y los tres paseos: el redondo, el del medio y el de afuera, con sus pimientos ya centenarios que sacudían sus ramas con el viento, con sus eucaliptus que nos daban en invierno los “coquitos” que recogíamos del suelo y llevábamos a la casa para poner en un tarrito sobre la estufa para perfumar el ambiente, con sus palmeras, con sus farolas.

Cada paseo tenía sus bancos, que eran diferentes, los del paseo de afuera eran de granito, los del medio verdes de madera al igual que los del centro. En el paseo de afuera llegando el verano se instalaban las mesitas de Edén y Ocean, y más tarde las del Oba Oba.

Tenía la plaza espacios verdes que en cada esquina nos permitían mirar las estatuas que representaban las estaciones del año: en la esquina que daba a San Martín y Pringles estaba el verano, Rivadavia y Pringles la primavera, San Martín y Junín el otoño, Rivadavia y Junín el invierno y no me olvido cuando apareció bella la Zagala del Ave, obra del escultor y arquitecto Carlos de la Cárcova, obra premiada por la Comisión Nacional de Cultura.

Podíamos verlas claramente como centralidad de espacios verdes despojados de ornamentación en donde lucían. Mucho después vino la desdichada decisión de cambiarle el rostro a la Plaza, y con la buena intención de embellecer, la afearon haciéndole perder identidad con un cúmulo de elementos y fuentes enormes y absurdas que obstaculizaron el caminar e invisibilizaron las estatuas, y éstas perdieron en la multitud de elementos su sentido estético para caer en el olvido distraído.

“Tenía la plaza espacios verdes que en cada esquina nos permitían mirar las estatuas que representaban las estaciones del año: en la esquina que daba a San Martín y Pringles estaba el verano, Rivadavia y Pringles la primavera, San Martín y Junín el otoño, Rivadavia y Junín el invierno y no me olvido cuando apareció bella la Zagala del Ave, obra del escultor y arquitecto Carlos de la Cárcova, obra premiada por la Comisión Nacional de Cultura”.

Leticia Maqueda

En el paseo del centro, estaba un lugar al que llamábamos el “Kiosco de la banda”. Allí la banda de la policía o del ejército ofrecía conciertos que deleitaban a quienes vivíamos en la ciudad pequeña, y también el kiosco era epicentro de actos políticos. Desde allí se decían los discursos, se agitaban banderas. ¡Cuánta historia vio pasar el Kiosco de la Banda!

En uno de sus costados había una puerta que daba a un lugar (una especie de sótano que nos daba miedo) en la que el Placero guardaba sus elementos de limpieza, porque en aquel entonces la plaza tenía un placero que la cuidaba y conocía a los visitantes. Recuerdo los juegos y paseos por la Plaza, los encuentros y desencuentros, las noches tibias o calurosas del verano que tenían el encanto de las ruedas con amigos tomando algo fresco. También en ese espacio recuerdo haber estado sentada alguna vez junto a otros chicos y chicas de mi edad, con Antonio Esteban Agüero, visitante asiduo y al que le gustaba conversar con la gente joven. Cada época tiene su impronta pero cuánto más bella es cuando el sabor que deja el paso del tiempo con historias de vida recordadas en espacios conservados y preservados en su belleza original, se entrelazan en el hoy como una cadena invisible que nos une a todos en una misma identidad…”. Me encantó y que bien escrito está. Gracias Leti. Muchas gracias.

Los “periodistas/panelistas” de la televisión me tienen repodrida. Se la pasan de pelea en pelea. Basta. Se creen todos y todas importantes: Marcela Coronel vs Denise Dumas. Yanina Latorre contra todos y a los gritos. Jorge Rial vs Marcela Tauro (segundo round). Rodrigo Lussich vs Chiche Gelblung. Todos se van de los programas. Dicen enormes gansadas. Piden perdón y lloran. Disculpame… ¿quiénes son?, ¿a quién le ganaron?  Son tan absurdos como insoportables. Y se me fue, por otra pelea, la blonda de Animales Sueltos que me encantaba. Para mí que le hicieron la vida imposible porque le tienen envidia. Festejando, atrasado, el Día del Locutor mi más enérgico repudio a las voces chillonas y de pito, a todos los que no abren la boca para hablar y no vocalizan.