“LANZA SECA”
Por José Villegas
Datos biográficos del Gral. Juan Saá
No podemos dejar pasar, hablando de los vínculos, el curioso y casi desconocido dato del emparentamiento entre los hermanos Carlos Juan y Elías Rodríguez (además de la familia Saá), con Santiago Derqui (quien será posteriormente presidente de la Confederación Argentina).
En cuanto a la ascendencia y descendencia de los hermanos Saá, realizaremos una brevísima genealogía, de acuerdo al orden de sus edades:
Francisco Saá
Hijo de don José de Saá y Jacinta Domínguez. Bernardino Domínguez y María Catalina Fredes fueron sus abuelos. Sus dos hermanos, Juan y José Felipe. Además, tuvo cuatro medios hermanos (por parte de madre): Blas, Juan, Daniel y Jacinto.
Francisco fue padre de un hijo y tres hijas: José, Florinda, Tránsito y Feliciana. Luego casado con doña Margarita Reta, no dejó descendencia. Murió en 1885 en San José del Morro, San Luis.
Compañero inseparable de sus dos hermanos en todo su derrotero, de principio a fin. Su hija Feliciana se casa con José Elías Rodríguez y sus hijos serán: Adolfo, Umberto, Ricardo y Elcira. Adolfo “El Pampa” Rodríguez Saá (caudillo popular de principios del nuevo siglo), será gobernador de la provincia, y dos de sus nietos varones, Adolfo (quien fuera presidente de la República) y Alberto Rodríguez Saa (hijos de Carlos Juan y Lilia Esther Páez Montero), lo serán también.
Don José Elías Rodríguez fue un intelectual brillante igual que su hermano Carlos Juan. Ambos fueron íntimos amigos de los Saá y ocuparon cargos públicos desde el gobierno de don Pablo Lucero en adelante. Diríamos que, por su extraordinaria capacidad y sapiencia, los Rodríguez eran casi imprescindibles.
José Elías se desempeñó sucesivamente como Juez, ministro, legislador, miembro del Superior Tribunal de Justicia, y tres de sus hijos (Adolfo, Ricardo y Umberto) fueron gobernadores.
Juan Saá
De su matrimonio con Rosario Lucio Lucero, nacen: Juan, Teófilo, Luisa y Josefina. Rosario Lucio Lucero de Saá, destacada educadora, ya se había interesado mucho por la escuela de niñas durante su residencia en El Morro, donde acompañaba a su marido.
En San Luis en 1865 estuvo bajo su dirección la escuela de niñas y tenía como ayudante a su hermana Enriqueta. Poco después, la escuela fiscal pasa a otra dirección. Entonces doña Rosarito, muy maestra, abre una escuela particular donde enseñó también Rufina Poblet de Bussi.
Este desempeño dignamente cumplido le ayudó en ausencia de su esposo, exiliado por avatares de la política de esos años.
El doctor Teófilo Saá fue miembro del Superior Tribunal de la provincia en 1892, cuando ya se vislumbraba el levantamiento radical de 1893 del que debía ser el jefe máximo en San Luis (primera revolución radical en el país).
Los radicales puntanos se pronunciaron el 29 de julio, derrocaron al gobernador Videla, lo pusieron preso y asumieron el gobierno por medio de una junta revolucionaria presidida por el doctor Saá que fue designado gobernador provisorio.
Hijo de Teófilo será el Dr. Juan Carlos Saá, orador, intelectual y funcionario. Ocupó destacadamente diversas y prestigiosas tribunas disertando sobre temas fundamentales, exaltando las virtudes de su pueblo y rindiendo homenaje a los próceres insignes. Hijo de Juan Carlos es el prestigioso historiador y poeta Dr. Hipólito Saá, uno de los fundadores del Revisionismo Histórico provincial. Investigador y constructor de hermenéuticas tan rigurosas como veraces.
Felipe Saá:
De su matrimonio con Doña Antonia Fúnez, nacieron Felipe Antonio y Julio. Este último en matrimonio con doña Josefina Borrás, será padre de quien fuera uno de los más prolíficos historiadores de San Luis, el Profesor Víctor Saá, quien, entre otras acciones, fue premiado en 1947 con una mención y una plaqueta de oro acordada por la Cámara de Diputados de la Nación, siendo además designado miembro Honorario del Instituto Nacional Sanmartiniano, por su trabajo “San Luis en la gesta sanmartiniana”. En el II Congreso Federalista de la Historia Argentina, realizado en Buenos Aires en 1948, fue premiado con medalla de oro por su trabajo “San Luis – Ciudad Cabildo: 1594-1800”.
Con respecto a los vínculos familiares de “Lanza Seca”, existe un dato que ha sido comentado más por la tradición oral que por los textos, y con tantas interpretaciones como posiciones de quienes lo han contado.
Sostiene Reynaldo Pastor, quien cita a su vez al Dr. Nicolás Jofré que: “Don Juan mientras estuvo en el desierto, recibió del cacique Nehuelchú, en pago de haberle salvado la vida en uno de los malones que realizaron juntos, una joven de veinte años que había sido tomada cautiva en Pergamino, con la que tuvo una hijita bautizada en San Luis con el nombre de Rosario.
A ella se refiere Jofré con las siguientes palabras: “Rosarito fue criada en el hogar de la familia del que fue después coronel don Felipe Saá. Educada en el seno de las más alta sociedad, fue una destacada matrona: casada tuvo hijos nobles y dignísimos; y viuda más tarde, fue esposa de un coronel de la Nación. Esta dama prestó importantes servicios a las asociaciones de misericordia. Murió anciana, respetada y bendecida por su pueblo”.
Semblanza
En una muy breve semblanza de quién siempre sostenemos que fue protagonista activo en todos los grandes sucesos de la Historia regional y nacional (entre 1840 y 1880), veamos una síntesis escrita por el Dr. Hipólito Saá:
“Opositor a Rosas a los 21 años de edad, participa en la revolución del 41 que culmina con la derrota de los insurgentes en Las Quijadas, por acción de las fuerzas de Aldao. No obstante no deja jamás de proclamarse federal, como Varela, Peñaloza y López Jordán. Como consecuencia de aquella derrota militar, los revolucionarios son perseguidos tenazmente; empero, en 1846 los Saá son indultados por el gobernador don Pablo Lucero.
Lucero tendrá por Juan Saá una particular estima, al punto –según Núñez- de designarlo su Ayudante de Campo y hombre de confianza en sus expediciones al desierto. Además, le da la jefatura de la guarnición de El Morro, el punto de avanzada más importante y clave en la guerra de fronteras. En ésta adquiere diversos grados militares provinciales y al ser creadas las guardias nacionales en 1855, el Poder Ejecutivo Nacional le reconoce el grado de teniente coronel.
En 1853 integra con su hermano Felipe la Sala de Representantes y, según Marcos Fúnez en su conocida carta a Ruíz Moreno, la elección de 1855 del primer gobernador constitucional don Justo Daract “fue debida a la acción de los Saá”, con gravitación decisiva en el interior de la provincia. En el año 1855 Pedernera le escribe a Juan Saá y en una larga y conceptuosa carta lo exhorta a apoyar la organización nacional.
Así, participa decisivamente en la campaña de Cepeda, donde persigue –según el historiador uruguayo Díaz- junto con el coronel Basavilbaso al propio Mitre durante toda la noche del 24 de octubre de 1859. Por su actuación y a pedido de Urquiza, el Senado lo asciende a coronel. En el año 1860, según carta de Raimundo Barroso a Gumersindo Calderón, “la provincia entera (prácticamente) por la candidatura a gobernador de Saá”. Su popularidad no discutida aún por sus mayores enemigos, se refleja en la carta que Manuel Taboada le escribe a Mitre el 28 de marzo de 1863 (casi dos años después del exilio de Juan Saá): “San Luis -le dice- tiene en sus masas el espíritu de Saá”.