Creer en procesos
Por Majo Corvalán
Los sábados a la mañana íbamos con “las chicas” a poner “la mesita” en la plaza Pringles unos cuantos años antes del 2018, cuando los pañuelos verdes no iban atados a ninguna mochila y las activistas feministas éramos más insultadas que escuchadas. «Las chicas” eran las integrantes de ADEM Asociación por los derechos de las mujeres. Estaban siempre Lily Manini, Nina Marolla, Nora Picech y unas pocas más. Nos atábamos los pañuelos verdes al cuello y sobre la mesa poníamos una cartulina verde con todos los motivos que nos impulsaban a luchar. También poníamos unas planillas fotocopiadas para juntar firmas que iban luego a ser enviadas en encomienda a Buenos Aires para que sirvieran de aval al primer proyecto de ley que presentamos como Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Juntábamos pocas firmas por esos días, hablábamos mucho con la poca gente que se paraba a escucharnos, recibíamos insultos, el cura tocaba campanadas como loco y los de la municipalidad paraban el camión de brea justo en donde estábamos nosotras. Yo era la que más se lamentaba por la falta de respuestas o de firmas, en cambio Lily era de las que creían en el proceso.
Era cierto lo del proceso, el proceso que se da en cada sociedad para madurar y poder debatir cuestiones que tienen que ver con ampliar derechos. Me acuerdo que Lily siempre me decía que no iba a vivir para verlo y en 2018 estuvo en la vigilia frente al Congreso abrazando a todas las pioneras como ella.
Me acuerdo que se me cayeron algunas lágrimas de bronca porque casi lo logramos cuando el 13 y 14 de julio de 2018 la Cámara de Diputados de la Nación dio la media sanción a un proyecto de Ley de IVE, que no era el que habíamos presentado, pero que, más o menos, decía lo mismo.
La lucha por el aborto es un eje principal del feminismo ahora, aunque en algunas reuniones entre colectivas feministas de San Luis, que hacíamos por el 2013, 2014 y 2015, otras organizaciones nos pedían que marcháramos sin pañuelo. Pero nunca los bajamos. Ni cuando el Senado votó en contra el 8 de agosto del 2018, ni cuando las internas nos debilitaron, ni cuando la pandemia lo frenó todo.
La Campaña es una experiencia única, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que integramos con ADEM desde el día uno, es una alianza política que construye estrategias y acciones de forma horizontal, colectiva, federal, intergeneracional e interseccional, en pos de un triple lema: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.
Cuando la Campaña empezó a crecer en todas las provincias y más organizaciones quisieron sumarse a la lucha por el derecho al aborto voluntario, se armaron las regionales que nuclean a estas grupas de un mismo territorio para focalizar las voluntades y acciones.
Para decidir el rumbo de La Campaña trabajamos en plenarias abiertas a todas las regionales. Allí debatimos hasta lograr un consenso (nunca votamos) y luego las comisiones nacionales como articulación, cabildeo y comunicación elaboran lo necesario para ejecutar esos acuerdos de Campaña.
Cuando la Campaña estalla en las redes sociales, el pañuelo verde se internacionaliza y los pañuelazos en apoyo a nuestro proyecto y lucha se convocan en todas partes del mundo, nos damos cuenta que además de un enorme apoyo tenemos una enorme responsabilidad.
Probablemente hemos cometido errores y, sin ánimo de justificarlos, debo decir que bajo el enorme paraguas de esta Campaña convivimos activistas feministas, militantes partidarias, integrantes de sindicatos, autoconvocadas e integrantes de organizaciones sociales de las más variadas. Las discusiones son largas, pero necesarias. Así logramos en marzo del 2019 acordar cada uno de los puntos de nuestro proyecto de ley que luego, presentamos en el Congreso el 28 de mayo de 2019.
Pudimos dialogar con todos los bloques para lograr los votos en el recinto, supimos comunicar con mística, pero con lenguaje informativo, y siempre por la positiva, mientras pudimos articular para lograr la Ley. A punto que las estrategias comunicacionales del 2018 y 2019, feministas e inéditas con un formato innovador, que lograban tuitazos con un impacto en millones de personas, que empezaban en Argentina y terminaban al otro día y del otro lado del mundo, fueron foco de estudio y mención en congresos sobre comunicación y periodismo.
A un año de la ley, la historia de lucha nos convoca…Por eso el pasado 4 y 5 de diciembre nos reunimos en plenaria y decidimos seguir organizadas en Campaña, hasta que ninguno de nuestros derechos sean vulnerados, hasta que la leyes de Educación Sexual Integral, salud sexual y aborto legal se implementen, y hasta que no quede ni una barrera en pie.
La lucha por los derechos de las mujeres y las niñas es un mandaron universalizar.
El predictor es patriarcal y escribe lo que quiere.