Notas Centrales, San Luis, Tertulias de la Aldea

LA GRUTA

Por José Villegas

Llegaron del Norte, desde lejos. Buscando sobrevivir, casi obsesivamente, pretendiendo preservar la especie. Ese era su destino.

Después, llegaron del Sur. Buscaban salvarse, evolucionar. Carroñeros al principio, luego recolectores y cazadores nómades. Después, el fuego eterno, la luz y el arte. El arte como mensaje, como trascendencia, para los que vinimos después.

Gracias a ellos, a los refugiados en la gruta hace 10.000 años, con el mito y la magia, el coraje fiero y el tremendo miedo que va generando el instinto de auto preservarse para seguir engendrando vidas, hoy, directa o indirectamente, estamos aquí.

Miles de años han pasado y está allí, testigo muda de los círculos alrededor del fuego en los que el lenguaje comenzaba a reemplazar a los gestos y la inteligencia a desarrollarse en su evolución hacia el porvenir. 

Los sabios Incas, que -a través de sus pueblos subsidiarios del Tahuantinsuyo- ya habían oído de ella, ordenaron ponerle un nombre: “La Casa del Sol”, del quechua: Inti Huasi.

La bella y certera pluma de César Rosales, poeta nuestro, en sus versos dice:

“Los rústicos emblemas pintados en la roca aluden a la esfera de luz inmarcesible, evocan un zodíaco de férreos esplendores, y fue cuando vasallos del Inca majestuoso que doraba en las aras el néctar del imperio y bebía los zumos en cálices de plata, escalaron, adustos, las cúpulas solares al monótono son de opacos atabales. La esponja de los siglos no borró los emblemas: ahí están, corroídos por los ojos del búho y el letárgico moho que mana de la piedra, con su antigua vislumbre de lágrima escarlata o de fuego acendrado por muchos sacrificios, y los trazos inciertos pero al fin indelebles con que el sueño rupestre adornó la caverna. Ahí están, con su fría y obstinada constancia cumpliendo los designios del oráculo; vedlos perpetuando la angustia, el temblor, el misterio de una raza extinguida, de un idioma olvidado”.
La gruta de Inti Huasi es un domo andesítico de origen volcánico situado en el Departamento Coronel Pringles a 20 km de La Carolina
y a 100 km de San Luis capital. Foto: Prensa Turismo