La Aldea y el Mundo, Notas Centrales

El origen de Catar, de las perlas al Mundial

Ante el inminente Mundial de Fútbol 2022, ¿qué sabemos de la historia de su sede? El crecimiento exponencial de un emirato que pasó de la pobreza a la riqueza extrema

Por Guillermo Genini

La pronta realización del Mundial de Fútbol 2022 en Catar ha llamado la atención sobre este pequeño Estado árabe del Golfo Pérsico. En Occidente es poco conocido su origen y su sorprendente transformación en tiempos recientes que lo ha llevado a ocupar un lugar destacado en ámbitos internacionales de los cuales las relaciones públicas, las comunicaciones y el turismo deportivo son solo algunos de sus facetas más llamativas.

El surgimiento de Catar como Estado hunde sus raíces en la historia de la región del Golfo Pérsico, en la influencia de sus poderosos vecinos, sobre todo Arabia Saudita e Irán, y en el interés de una potencia imperialista como Gran Bretaña, siendo que hasta mediados del siglo XIX lo que hoy es Catar no se diferenciaba de las zonas que lo rodeaban.

Catar forma parte de la extensa Península Arábiga y su pequeño territorio, apenas 11.000 km2, está unido a la experiencia histórica de los emiratos de la costa sur del Golfo Pérsico. Esta región costera estuvo habitada por tribus beduinas que compartían lengua, costumbres y religión con sus vecinos árabes. Igualmente compartían una organización política basada en el dominio feudal de familias nobles por medio de la representación de emires. Varios de estos emiratos se habían sometido al poder relativamente benigno del Imperio Otomano desde el siglo XVII que deseaba sustraer esta costa del poder de Persia, actual Irán.

A comienzos del siglo XIX hizo su irrupción en el Golfo Pérsico el poder imperial de Gran Bretaña cuando en 1809 la Marina Real Británica en conjunto con la Compañía Británica de las Indias Orientales realizó una incursión punitiva contra las bases de los piratas árabes que atacaban el tráfico naval que provenía de las colonias inglesas de la India. Si bien la campaña naval fue limitada, pues hasta 1811 no se logró eliminar completamente los barcos piratas, los ingleses realizaron estudios cartográficos y sobre las profundidades del mar. Con ello detectaron los mejores lugares de la costa para establecer puertos y bases navales en la zona.

Desde esa época data también los primeros contactos diplomáticos y comerciales ingleses con los numerosos emires de las zonas costeras. Entre ellos se destacaron los de Kuwait, Abu Dabi y Bahréin. Este último, bajo el gobierno de los sultanes de la familia Al Khalifa dominó Catar hasta 1868 cuando los nobles cataríes, deseosos de lograr mayor autonomía, lograron el apoyo británico para sublevarse. Gracias a ello los cataríes lograron desligarse del poder de la familia Al Khalifa, que se asentaron definitivamente en Bahréin, e instalar una nueva autoridad bajo el mando de los Al-Thani, familia beduina originaria del interior de Arabia.

Perlas entre imperios

Si bien la autonomía que lograron de los Al Khalifa fue breve, pues el Imperio Otomano recuperó su autoridad sobre Catar en 1872, las vinculaciones con Gran Bretaña se profundizaron. Este interés se originaba en la política imperial de obtener el dominio de puntos estratégicos y puertos, como el de Doha en la península de Catar, evitando de esta manera comprometer sus recursos militares en el inmenso territorio interior de Arabia. De hecho los Al-Thani, que contaban con el apoyo británico, fueron reconocidos como los nuevos emires y se mantuvieron en el poder en Catar bajo autoridad otomana hasta comienzos del siglo XX.

Catar basaba su economía en la explotación y comercialización de perlas y en el modesto comercio de productos de la pesca. Sin embargo, pese a la pobreza de sus recursos, su posición estratégica la convirtió en un punto de interés para Gran Bretaña. Así, cuando bajo presión de los nobles cataríes, los turcos concedieron la autonomía a Catar en 1913 la presencia británica se incrementó inmediatamente.

Cuando al año siguiente estalló la Primera Guerra Mundial, los británicos pusieron en acción sus planes para desestabilizar y desmembrar el Imperio Otomano. Una de estas acciones consistió separar a Catar del resto del territorio árabe. Así, el emir Abdullah bin Jassim Al Thani de Catar firmó en 1916 un tratado con Gran Bretaña que convirtió el emirato en un Protectorado Británico.

El acuerdo consistió en que Catar cedía el manejo de su política exterior y el uso económico y militar de su territorio a los británicos a cambio de la protección británica contra sus poderosos vecinos y el mantenimiento del emirato en manos de la familia Al-Thani. De esta manera se forjó una estrecha alianza entre los intereses locales y los imperiales.

En 1934 el tratado de protectorado fue extendido y ampliado. Esta situación originó oposición de Rey Faisal de Arabia Saudita, que consideraba a Catar como un territorio árabe, separado artificialmente por el poder británico y de las empresas petroleras internacionales que buscaron obtener influencia en un territorio estratégico para la comercialización del petróleo. Los sauditas creían que el Protectorado de Catar era un ataque a su política de lograr la unidad árabe mediante la creación de un solo Estado  fuerte e independiente de las potencias occidentales

Cambios en el destino

El gran cambio en el destino de Catar se produjo en 1949 cuando se descubrieron dentro del territorio terrestre y marítimo catarí grandes reservas de petróleo. De inmediato se formó una estructura productiva y comercial en donde se combinaron los intereses británicos y de la familia reinante para explotar la nueva riqueza.

La mayor parte de los beneficios de la incipiente exportación de petróleo quedaba dentro de los integrantes de la familia Al-Thani que ocupaban los principales cargos políticos y empresariales del Protectorado. Sin embargo, la disposición de mayores ingresos fiscales favoreció el inicio de inversiones en el sector público catarí. De hecho en la década de 1950 comenzó una modesta transformación de Catar que se plasmó en los primeros hospitales, escuelas y servicios sociales destinados a su escasa población que rondaba los 200.000 habitantes.  

En el contexto de la Guerra Fría, los pequeños Estados independientes y Protectorados del Golfo Pérsico se plegaron a la política de Arabia Saudita pro-occidental gracias a la influencia que ejercían las empresas petroleras internacionales sobre los reyes sauditas. Catar siguió esta tendencia y se apoyó en los sauditas para asegurar su independencia cuando Gran Bretaña anunció en 1968 que se retiraría del Golfo Pérsico. Así se negoció el ingreso de Catar a la Federación de los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, tras la proclamación de una constitución provisional en 1970, el emir Ahmad bin Ali Al-Thani se retiró de los Emiratos Árabes Unidos y proclamó la Independencia de Catar en 1971.

Surgimiento del Catar moderno

Poco después, el emir Ahmad bin Ali fue depuesto por su hijo y Primer Ministro Khalifa bin Hamad Al Thani en 1972. Este emir es considerado como el fundador del Catar moderno pues encaró profundas transformaciones políticas, económicas y sociales. En primer lugar  limitó los privilegios de la familia real y abrió la estructura estatal a otras familias cataríes. Nacionalizó las reservas de petróleo y acopló su economía a la influencia saudita y británica por medio de la celebración de contratos petroleros con empresas internacionales lo que trajo grandes beneficios tras la Crisis del Petróleo de 1974. Proyectó un ambicioso plan de obras públicas y de infraestructura productiva centrada en la exportación de hidrocarburos.

Si bien se mantuvo bajo el influjo saudita con respecto a la política exterior, Catar se preocupó por mantener relaciones cordiales con Irán. Esta decisión no solo era una muestra de independencia nacional sino que tenía una base económica específica. Tras la realización de exploraciones sistemáticas, en 1971 se descubrió un enorme reservorio de gas natural en las aguas jurisdiccionales de Catar en el Golfo Pérsico. Este rico campo submarino era compartido con Irán y es por ello que su explotación debía ser coordinada. Tras largas y tensas negociaciones se acordaron las inversiones necesarias para su explotación que comenzaron en 1989.

“Dohah mirando al noroeste”, fotografiado por la Royal Air Force durante un reconocimiento de la península
de Qatar el 9 de mayo de 1934.

Con este enorme recurso conocido como el Campo de gas South Pars/North Dome, Catar se posesionó como un actor de primera categoría en el mercado energético mundial, pues se calcula que representa el 10% de las reservas internacionales de gas.

Sin duda a fines del siglo XX Catar se convirtió en un Estado que cambió radicalmente su perfil productivo, político y poblacional. Pasó de ser una nación pobre y marginal en el mundo árabe a ser una potencia en el mercado energético. Las enormes obras de infraestructura y civiles atrajeron a trabajadores de todo mundo, principalmente de Paquistán, India y Bangladesh, lo que transformó su demografía, alcanzando en 2010 a 2,3 millones de habitantes de los cuales los cataríes nativos representan solo un 15%. Además, bajo el férreo dominio de la familia  Al-Thani, Catar inició un amplio proyecto de diversificación económica que incluyó la atracción de capitales internacionales en los rubros de finanzas, hotelería, medios de comunicación y educación.

Es inspirador de esta nueva política catarí fue Hamad Al Thani, hijo del emir Khalifa a quien derrocó incruentamente en junio de 1995. Hamad fue educado en Gran Bretaña y estaba imbuido de ideas modernizadoras y democratizantes. El nuevo emir profundizó las transformaciones comenzadas por su padre e inició otras reformas consideradas como audaces y preocupantes por sus vecinos del Golfo Pérsico y del mundo árabe. Propugnó reformas electorales destinadas a la apertura y la democratización del sistema político que incluyeron el voto de las mujeres y la elección de cargos municipales y legislativos desde 1999. En abril de 2003 se sancionó una nueva Constitución que reconocía la libertad de expresión, de asociación y de culto, si bien el Estado catarí se sigue rigiendo por la ley islámica.

Rápidamente Doha comenzó a transformarse de un pequeño puerto pesquero en una gran metrópolis que ofrece servicios de nivel internacional. Esto atrajo a inversores de todo el mundo que la convirtió en un nuevo centro mundial para las finanzas y los negocios. Paralelamente se favorecieron la instalación de bancos, universidades, cadenas de hoteles y la realización de convenciones y eventos deportivos de nivel internacional como el Campeonato Mundial de Atletismo y el Premio Catar de Fórmula 1.

La proyección internacional de Catar fue fulminante. En gran medida esta proyección se debió a la creación de la agencia y canal de televisión Al Jazeera, considerada la primera y más importante productora de noticias del mundo árabe. Esta agencia fue impulsada por la familia real Al Thani y originalmente pertenecía al Estado de Catar. Sus creadores apuntaron al público árabe y es por ello que transmitieron una programación en esa lengua durante las 24 hs. En poco tiempo su influencia tuvo un alcance regional e internacional generando la ruptura de viejos estereotipos sobre la dependencia de los árabes de las cadenas de noticias occidentales. Además. Al Jazeera permitió a Catar, y en particular a la familia reinante Al Thani, proyectar una imagen internacional legitimada en una visión propia de la política en el Golfo Pérsico y el mundo árabe.  

Paralelamente los millonarios cataríes salieron al mundo a comprar activos en Occidente y realizar cuantiosas inversiones. Dos ejemplos de ello fueron la compra del club francés París Saint-Germain en octubre de 2011, al cual inyectaron cuantiosos fondos, y la creación de la empresa Qatar Airways en 1993 que desde 2012 comenzó a adquirir participaciones en consorcios de aviación internacionales.

Esta proyección internacional culminó en diciembre de 2010 cuando en una controvertida elección la FIFA anunció la realización del 22° Mundial de Fútbol en Catar. Esta fue la primera vez que se elegía dos sedes en una misma sesión del máximo organismo internacional del fútbol, lo que generó acusaciones de corrupción y compra de votos. Así con la pronta realización del Mundial 2022 Catar culmina una proyección internacional no exenta de críticas que ha colocado a este pequeño Estado del Golfo Pérsico ante la expectativa del mundo entero.