La Aldea y el Mundo, San Luis

“Que nos dejen jugar en paz”

Women in Games Argentina es una agrupación de mujeres y disidencias interesadas y especializadas en el mundo de los Videojuegos. Este ámbito masculinizado las discrimina al momento de querer participar

Por Eliana Cabrera

Una chica comienza a jugar Valorant, un videojuego de disparos táctico. Se une a un grupo de cinco jugadores virtuales, aparentemente todos son hombres. Sabe que no tiene que hablar. Una vez que inicia la partida, en medio de la tensión se le escapa un comentario. El micrófono está encendido, todos oyeron su voz y reconocieron que hay una mujer del otro lado. Ella sabe que la partida está perdida y tiene dos opciones: seguir adelante y soportar sus comentarios o retirarse y probar otra partida.

Los videojuegos son una de las industrias culturales que se encuentra en crecimiento y desarrollo constante. Gracias a esto se amplían también las oportunidades laborales en distintas áreas referidas al diseño y creación de videojuegos, además de que se está creando un nuevo espacio deportivo por parte de quienes los juegan. Sin embargo, la experiencia de mujeres en este espacio aún tiene mucho por mejorar.

María Clara Cattaneo, más conocida como Kurara, es diseñadora gráfica y trabaja como diseñadora de interfaces o UI Artist en la industria de los videojuegos desde hace 10 años. Es parte de la Comisión Directiva de Women in Games Argentina, una agrupación de mujeres y disidencias interesadas y especializadas en el mundo de los videojuegos.

“Para finales del 2019 nos autoconvocamos y juntamos con otras profesionales de la industria para crear esta comunidad. Cuando empezamos a hablar de que era necesario agruparnos de alguna manera, ya éramos varias las que teníamos esta necesidad de remar todas para el mismo lado”, comenta Kurara.

Actualmente Women in Games Argentina (WIGAr) es una comunidad de alrededor o más de cuatrocientas personas registradas, personas que están en todo el territorio argentino y que pertenecen a distintas áreas dentro de lo que es la industria de videojuegos.

Muchas son profesionales que se encuentran trabajando, tanto en el desarrollo como en el ámbito de la difusión, periodismo, abogacía, traducción, locución,disciplinas artísticas, eSports (competiciones de videojuegos) y streaming.

Incluso se encuentran personas que pertenecen al ámbito de la educación, por la implementación y desarrollo de videojuegos como herramienta de aprendizaje y enseñanza, y muchas otras personas que no se dedican profesional o laboralmente a los videojuegos, pero a las que sí les gusta mucho jugar por entretenimiento personal.

Toda esta gran comunidad comparte una preocupación y un deseo:“Una de las razones por las que decidimos crear esta esta agrupación es para generar un espacio seguro”. La industria de videojuegos, así como el rubro de sistemas en general, es un espacio que se creía ‘masculino’, entonces se dieron y se siguen dando un montón de situaciones incómodas e innecesarias tanto para las que trabajan como para las que simplemente quieren jugar”, afirma Kurara.

La desigualdad de género no es novedad, y el surgimiento de otras organizaciones feministas comenzó a visibilizar a las mujeres en distintos ámbitos y las distintas problemáticas que las atraviesan. “Entonces nos dimos cuenta de que en los videojuegos no se podía hacer la excepción, porque hay mujeres trabajando en la industria y jugando juegos, y no somos pocas tampoco. Es necesario visibilizar todos los problemas y mejoras que son necesarias”.

Barreras e incomodidades

La industria de los videojuegos no se restringe solamente al área de programación y desarrollo sino que también existen abogadas especializadas en informática con perspectiva de género, periodistas en videojuegos, diseñadoras, traductoras y profesionales de diversas áreas que también son afectadas porestos sesgos. Las problemáticas se multiplican porque no es solamente un espacio y un lugar donde sucede, sino que se trata de muchas áreas que no están exentas de la precarización laboral, discriminación y violencia hacia mujeres y disidencias.

Son impedimentos comunes de todas, lamentablemente; salarios bajos en comparación con el de los hombres al realizar la misma cantidad de trabajo o tener la misma experiencia, y dificultad para acceder a puestos de alta jerarquía, donde incluso si se accede se pone en duda la voz y el expertice de la mujer. Lo mismo se repite con la comunidad queer, tanto para acceder a puestos laborales como por discriminación, cuando deberían poder garantizarles un ambiente digno de trabajo, donde se respeten sus pronombres y decisiones sin juzgarles y sin mirar a un costado cuando hay alguna situación de violencia.

Recientemente, la Comisión de Diversidad, Equidad e Inclusión de ADVA, Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentina, organizó una Feria de Empleo Virtual con el objetivo de fomentar la participación de mujeres en la industria y la conexión con empresas que ofrezcan puestos laborales en Argentina y Latinoamérica.

Algunas de las integrantes de esta asociación también forman parte de WIGAr, quienes en diciembre también lanzaron una encuesta abierta salarial y de género para indagar en la situación actual. Las comunidades se conectan por un fin común: disminuir la brecha de género y lograr la equidad en el acceso y calidad del trabajo.

ESports

La industria de los videojuegos no existiría si no fuera porque existen personas que los juegan; algunos por entretenimiento casual, otros por deporte. Los ESports crecen cada vez más; League of Legends, Fortnite, Valorant, Fifa, Counter Strike son algunos juegos donde sus participantes compiten profesionalmente. La experiencia es distinta para las gamers; muchas han expresado su incomodidad y frustración al jugar y dejar en evidencia su género.

En la mayoría de los casos, los varones participantes comienzan a insultarlas o a hacer chistes ofensivos u obscenos. Se quejan porque creen que ellas juegan mal, que van a arruinar la partida o hacer que el equipo pierda. Si ellas juegan bien, dudan, creen que es un hombre el que está manejando los controles. Por eso, muchas han tomado la decisión de no usar el micrófono en las partidas y utilizar nombres masculinos o neutros, para ocultarse y jugar con normalidad. La solución para desenvolverse con tranquilidad y de la misma forma que jugadores varones es no alzar la voz y ocultar cualquier vestigio de feminidad.

Es por eso también que algunos videojuegos ofrecen espacios de competencia entre mujeres, exclusivamente, ofreciendo espacios seguros y libres de violencia, pero resulta frustrante no poder participar de torneos mixtos por culpa del acoso verbal de hombres desconocidos.

En otras plataformas, han intentado detectar situaciones violencia y “bloquear” a jugadores conflictivos, limitando su acceso a algunas partidas. Sin embargo, esto no quita que fuera del juego el acoso continúe por redes sociales.

Women in Games Argentina organiza eventos, ciclos de charlas y hasta jams para desarrollar prototipos de videojuegos en 48 hs. También participaron del Programa de Desarrollo de Videojuegos en Cárceles, que apoya a la inclusión y el desarrollo de nuevos oficios digitales, brindando conocimientos y valiosas herramientas para jóvenes en contextos de encierro. Recientemente se aliaron con Valito, una comunidad de jugadores de Valorant en Latinoamérica que busca generar torneos sin toxicidad, seguros e inclusivos, donde la prioridad sea el respecto y cordialidad.

Una de las últimas iniciativas que tuvo bastante repercusión es la campaña de Switch Voices donde con un modulador de voz se cambiaron las voces de jugadores masculinos por voces femeninas, demostrando cómo la experiencia de juego cambiaba.

Ellos pudieron vivir en primera persona lo que viven feminidades que juegan mientras las atosigan, insultan y molestan constantemente. Si el objetivo es jugar para entrenar y desarrollarse profesionalmente, estas situaciones implican no poder trabajar en condiciones dignas básicas que afectan el rendimiento y la motivación. Abandonar el espacio continúa siendo la decisión más frecuente.

WIGAr defiende la necesidad de poner en evidencia las realidades injustas que viven mujeres y disidencias en videojuegos, alentar el debate para buscar soluciones y concientizar acerca de esta situación. Si bien fue un ambiente creado y mostrado como estrictamente masculino, esto ha cambiado; no es real que sean ellos los principales jugadores, aunque así lo parezca, por la misma estrategia de ocultamiento a la que se ven forzadas ellas.

Lograr una mayor visibilización sin exponerse a violencias y acosos es el principal objetivo, ya sea jugando, como siendo parte de todo el universo de oficios y profesiones en el mundo de los videojuegos. Si quienes ocupan los puestos de mayor jerarquía y decisión dentro de estos espacios son siempre los mismos, muchas voces se pierden y muchas historias no se cuentan. Estas comunidades son importantes para pensar soluciones colectivas, demandar condiciones laborales dignas, crear espacios seguros y lograr una representatividad más justa.