Notas Centrales, San Luis, Tertulias de la Aldea

Para siempre, Jorge Sallenave

– ¿Por qué te gusta escribir?

-Porque quiero vivir para siempre.

Por Eduardo Sallenave

Un diálogo que perfectamente pudo haber sucedido. Quizás es mi mente que busca resumir la relación de mi viejo y la escritura. Me encanta esta pregunta y respuesta que expone algo tan importante para quien crea arte: que éste perdure en el tiempo y así su esencia creadora. 

Hace muchos años escuché que cuando alguien ya no está entre nosotros, podemos recordarlo con imágenes, anécdotas, pero seguramente se nos hace difícil recordar la voz. Es lo primero que se “pierde”, o es complicado reconstruir. Lo corroboré con el paso de los años y la partida de mis abuelos. Hoy se me hace difícil recordar esos tonos antes tan familiares.

Con mi viejo, hace un año que esto no sucede y no creo que pase en mucho tiempo. Estos meses haciendo curaduría de su obra, veo videos de entrevistas, que mantienen su voz tan presente como cada llamado que me hacía y su infaltable: – ¡Hola, hijo!

En estos meses me vi inmerso en una hermosa tarea. Releer toda su obra. Como quien lo conoce por primera vez, pero con los sentidos a flor de piel. Permitiéndome descubrir detalles, frases, descripciones y momentos que me dejaron ver a mi viejo de nuevo. Entender y dimensionar cuánto de su persona y de su amado San Luis, hay en la mayoría de sus novelas y cuentos.

Y debo ser justo, no solo la obra literaria. Sino todo lo que se desprende de ella y las personas que la vivieron y la siguen descubriendo. Organizar un certamen literario en su homenaje hace unos meses me permitió conocer a quienes lo quieren mucho y me acercaron palabras hermosas sobre él y sus creaciones. Como a él le gustaba, pequeñas historias, anécdotas, detalles cotidianos de personas comunes que de alguna u otra forma se identificaron con sus escritos.

Les tengo que confesar que recibir tanto afecto, al principio se me hacía algo incómodo. Era como una herencia de cariño que no sabía cómo manejar o que destino darle. Hasta que dejando de lado mi obsesivo control, y como se dice ahora, dejé fluir. Y que bien se siente. 

La obra generada por él es muy grande, más de 30 años que dejaron novelas, cuentos, poemas y mucho más. Una consulta habitual es por dónde comenzar a leerlo. No hay recorrido pre establecido; hay clásicos como LA QUINTA, EL CLUB DE LAS ACACIAS, EL VIENTO QUE VIENE DEL SUR, como novelas que retratan tanto de su vida y sus desafíos personales como LAMAGRANDE o DE TANTOS “NO PUEDE SER” SE VA LA VIDA. Hasta lugar para un lado romántico como la obra de teatro EN LA ROTONDA y la novela SI VOS SUPIERAS. ¿Te gustan historias bien puntanas? Bueno, CUENTOS DEL VIENTO o HISTORIAS DE SAN LUIS: DE GENTES Y LEYENDAS, VECINOS DE CUADRA. Hay mucho. No puedo ser muy objetivo.

Mantener viva su obra me permite tenerlo muy cerca. Como decía unos párrafos más arriba, redescubriéndolo. Claro que se extraña y mucho. Vienen a mi mente imágenes de sus cuadernos con espirales, escritos a mano, con esa letra casi indescifrable, que eran borradores de borradores y siempre haciendo alguna corrección, hasta que llegaba la versión final que hacía pasar a máquina. Que nunca le convencía demasiado, dentro de su autoexigencia. Para él era mucho trabajo escribir, extensas horas. Tenía una imaginación que te sorprendía de cómo podían surgir historias, pero llevarlas a las letras, era una gran tarea. Luego su felicidad al ver la publicación de sus libros, la reacción de la gente, los comentarios, mucho afecto.

Ya un año sin el viejo. Pero muy presente. Como cada vez que sueño con él terminamos en un abrazo eterno que no quiero dejar escapar y la próxima vez voy a decirle: – Sí, Pá. Vas a vivir para siempre…

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