Ya quisiera yo…
Estela Harta
Estoy mirando atrás y puedo ver…, ah, cierto mirando no, porque soy ciega, vuelve, vuelve el momento de escucharte en tu silencio, bueno tampoco, ningún escuchar, si soy sorda. ¿Algo más? ¿Algo más vas a pedirme en este proceso de aprendizaje? Sí, escucho tu voz en mi conciencia. ¿Qué Shakira?, ¡qué tiene que ver! ¿Bruta, ciega, sordomuda, torpe, traste y testaruda? Muda no, ¿eh? No se te ocurra, aunque siga hablando en argentino. Pero qué insoportable, ya quisiera yo ser tan insoportable. Te divierte esto de diseñar maldiciones. Sí, modo Zen, te voy a dar modo Zentate a esperar una vida, que en algún momento la vas a pegar.
Ya huelo la luz, ya viene, acordate que a 100 me duermo, así que esta vez ponele power, lo que dé.
¡Puaj! Dónde estoy. ¿Qué es este olor nauseabundo y pegajoso? Ay, con qué me choqué. ¿Dientes, son dientes? No, no son dientes, ¿son como barbas? Jodeme que esto es…nahh, ¿en la boca de una ballena me hiciste recomenzar? Mirá que sos, sí mirá vos. Porque yo sigo ciega. No sé cómo voy a salir de acá, detesto el agua salada, en todas las vidas. No insistas. O no tenés miedo que me coma tu ballena, ¿en esta viaja Jonás?, porque me lo como también. Sí, desafiame, ninguna improvisación en esto de hacerme tan minúscula, microscópica. Sabés que me la puedo devorar. Reíte, más fuerte así me río en todas mis vidas. Bueno, empiezo… Ya me comí un resto de no sé qué que tenía en la barba el cetáceo asqueroso. No me distraigas, voy a acabarla en unos cuantos bocados, si total a estas después se les da por andar atacando veleros de los millonarios. ¡Justicia, justicia! ¡A la horca la orca! ¡En fin!
En la orilla del mar argentino, encuentran el esqueleto de una ballena. La noticia recorre el mundo. No es como una ballena varada, es como un esqueleto varado, completo, no le faltan partes, algún amarillista dice que depende desde dónde se tire la foto, la ballena te sonríe, pese a que no tienen ni dientes.
Odio la arena, pero estoy bien alimentada, la arena no va a vencerme, voy a caminar, para el norte que acá hace más frío y odio el frío, total, ocho patas me diste, ¿son para usar dos por día e ir alternando? Ya está más calentito, ni idea de cuántos días hace que camino, ni todo lo que me he comido. Siempre esa amnesia después de comer. Este calorcito está mejor. Este pantanito también. Voy a buscar algún lugar más alto. Qué pasa que no puedo moverme. Qué me aprisiona. Y esa piel tan rugosa, listo ya me liberé, vamos a ir en modo, tacto. No queda otra. Creo que no me ha visto. Estamos a mano. Pero me molestan sus dientes, su hocico redondo, su piel escamosa, su sigilo, me molesta que se sienta prehistórico, me molesta que tenga una canción alegre que ya no puedo escuchar, que se va para barranquilla, que tenga cara de ser humano y que sea digno de admiración, ¿se va el caimán? Se va. Nadita, nada. Me lo como, mal que me pese. Es inevitable. Vida, tras vida. Ya quisiera yo ser tan insoportable que no tuviera ni paciencia para comer.
Encuentran en la orilla del Río Paraná el esqueleto completo de un caimán y en la selva petenera de Guatemala el esqueleto completo del último jaguar, por lo que se ha declarado su extinción. El desconcierto se suma a los otros 100 hallazgos de diferentes animales a lo largo de la América.
¿Y ahora qué hice? No, de nuevo decía. ¿De verdad volvemos a empezar? Ya quisiera yo ser tan insop…
Pará, pará, pará, pará. Escucho. Veo y hablo ¿soy humana? ¿Qué hago en sus brazos? Quién me acaricia la cabeza. Que ya pare. Necesito saltar, saltar sin parar. Sin sentido. Le digo: -¿me sueltas, por favor? (¡apa!, ¿hablo neutro?), necesito, correr y saltar. No me aguanto quieta.
El sujeto me mira y responde:- ya va cariño, termino esta nota y te bajas.
-Señor Arjona, ¿me pareció o usted le habló a su caniche?, indagó la periodista con ojos de fan que se contiene.
Arjona sonrió y, a continuación, apelando a esa seducción que sabía irresistible, le dijo:- si apagas la grabación, en off te cuento un secreto.
Sin pensarlo la joven apagó el aparato y puso la mano derecha sosteniendo su mejilla derecha y mentón, en señal de fascinación.
- Esta caniche, así insoportable como la ves, es mi vida. Me dicta todas mis letras, solo yo la escucho, pero es así. El día que me falte, no sé, se acabará mi magia, mis letras, mi profundidad, mi todo. Ese día tendré que esperar y reencarnar en… ¿poeta, quizás? Anoche justamente, me dictaba un nuevo tema, eso sí puedes escribirlo en tu nota como primicia, se llamará: Ya quisiera yo ser insoportable.

Impresionante!