La Aldea Antigua, La Aldea y el Mundo, San Luis

Legados de América al mundo: gastronomía y medicina precolombina

Por Martín Cabanes

El tomate utilizado en pizzas, las papas fritas, el maní junto a la cerveza, el popcorn en el cine. ¿Cómo llegaron estos alimentos a ocupar los primeros rankings en el mundo?, Cómo se instalaron en las mesas de prácticamente todos los países? Exploraremos los orígenes de los productos de la tierra americana, su legado al mundo y extraños mitos en torno a ellos.

“Vine buscando cobre…”

La obtención del brillante mineral fue una de las preocupaciones básicas de aquellos primeros navegantes europeos, incluso antes de poner un pie en tierras americanas. Hacia las postrimerías del siglo XVIII, amplias extensiones de tierra del Nuevo Mundo ya eran explotadas por países europeos. No obstante, alimentos que hoy forman parte de cualquier mesa a lo largo y ancho del globo, aún eran desconocidos.

No fue el oro el único bien exportado al Viejo Continente; para evitar una extensísima lista mencionaremos: papa, batata, caña de azúcar, maíz, cacao, tabaco, quinoa, chile, chocolate, maní, tomate, ananá; entre tantos otros.

Pero nos detendremos en algunos de los alimentos nutricios, medicinales y recreativos de mayor impacto en la modernidad. 

El alimento diabólico

Por su particular cultivo la papa se ganó el nombre de raíz del diablo y su consumo fue prohibido hasta mediados del 1600, época en la que algunos “valientes” creyeron que debía comerse como una manzana. Por supuesto no tuvo un éxito inicial.

En la cultura incaica, encontraron los españoles centenares de pirhua, algo así como un banco, pero no para guardar lingotes de oro, monedas o billetes, sino granos, maní y el famoso tubérculo. Estos alimentos se repartían entre los pobladores.

El Imperio Inca extendió el cultivo del maní en los territorios conquistados llegando a ser consumido por un crisol de pueblos.

Se cree que la palabra “maní” proviene del guaraní, en cuyo vocablo se decía “mandubí”. Con ellos también vendría la yerba mate.

Idas y vueltas, mitos y experimentos en torno a la papa hasta que Antoine Parmentier promovió su consumo desde 1775. Este agrónomo y farmacéutico francés, estudió sus beneficios.

Como primer logro convenció al rey Luis XVI que usara la flor de la papa como adorno, moda que siguieron los nobles, incluyéndose luego en enormes jardines. Su libro “Examen chymiche des pommes de terre” logró gran aceptación entre los académicos de su tiempo y tras intensas campañas propagandistas se popularizó su consumo (esta vez cocinándola) a lo largo y ancho de Francia, primero por los pobres y luego extendiéndose a toda clase social, en la paz y la guerra.

Antoine Augustin Parmentier, farmacéutico y agrónomo militar francés. Y “La cosecha de papa”, del pintor francés Jules Bastien-Lepage.

La carrera europea por llegar a la India evitando a los turcos disminuye, y la papa pronto se conoce en Oriente. Instalada en Europa, se convirtió, en menos de un siglo, en alimento imprescindible, y llegó a salvar naciones de la hambruna.

Uno de los casos más conocidos fue el de Irlanda, país en el que su gran aceptación devino en que la papa puede ser cultivada en suelos pedregosos obteniéndose hasta un 150% del rendimiento por hectárea comparándolo con el cultivo de cereales como el trigo.

Además, no fue exigida como tributo por Inglaterra. Otro alimento, ya no demoníaco, el tomate, proviene de los actuales Chile, Perú y Ecuador.

Los colonos lo exportaron por primera vez desde México, donde se le conocía como tomatl en idioma náhuatl. Debido al color brillante del vegetal fue considerado venenoso por el conquistador.

Medicina precolombina

Las prácticas medicinales nativas estaban prohibidas, pero, en secreto, europeos pertenecientes al clero y la nobleza recibieron atención médica, e incluso se escribió al respecto.

Una Cédula Real firmada por Felipe II en 1570 hace explícito el interés de la Corona por las plantas medicinales:“Todas las hierbas, árboles, plantas o semillas con cualquier valor medicinal que se pueda encontrar en aquellos lugares serán enviados a este Reino (…).  Antes de 1580 médicos y botánicos españoles ya han compilado el uso de tres mil plantas.

Sobre una de ellas: “Llaman los haitianos a esta planta tabaco (…) se mezclaba a los sahumerios, que igualmente llamaban tabacos. Algunos lo llaman hierba sagrada, y, otros, nicociana.”

El famoso pirata inglés William Blake, llevó ejemplares de tabaco a Inglaterra en 1585 contándose al burócrata Raleigh como uno de sus primeros consumidores.

Aportes:

“Los mitos de la Historia Argentina”, Felipe Pigna

“Historia de América Latina”, Leslie Bethell