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Un venezolano, encantado con San Luis

“Te cuento mi historia”
Si sos parte del mundo y querés contar tu experiencia sumate a esta propuesta
para que nos cuentes dónde estás viviendo y a qué te dedicás.
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En esta nueva entrega de este espacio destinado a conocer las historias de vida y las vivencias de los argentinos y en particular los puntanos que por distintos motivos están lejos de su querida tierra, reflejaremos la vida de un hijo adoptivo de San Luis.

Mi nombre es José Trinidad Hernández Rodríguez. Tengo 24 años, nací el 11 de noviembre de 1999 en estado Zulia, de Venezuela. Crecí en la cuidad Ojeda, municipio Lagunillas.
Mi familia está compuesta por mi mamá, mi papá, mis abuelos y mis tías.
Tuve una infancia tranquila, normal. Sin embargo, en mi adolescencia fue cuando se empezaron a presentar problemas debido a la situación del país, como por ejemplo, falta de los servicios públicos, agua, luz, mucha inseguridad, falta de transporte, falta de insumos.
Debido a la situación del país me preocupaba el no tener futuro donde no hubiese oportunidades, tanto profesionales como personales. Aunque me faltaba poco para recibirme de administración de empresas, decidí irme porque sabía que no iba a tener un salario digno y que no había muchas ofertas de trabajos.
Antes de llegar a Argentina, estuve de visita por Perú y Colombia.
Tenía otras opciones para irme a vivir, pero Argentina estaba catalogada como uno de los países donde reciben bien a los extranjeros y yo buscaba un país donde me permitan estar legal con todos mis papeles (DNI, permiso de trabajo, licencia de conducir, etc.).

Buscaba un lugar tranquilo
Decidí venir a San Luis porque quería evitar las ciudades grandes, quería un lugar tranquilo, por eso llegué directamente a Potrero de los Funes y, también, porque acá los trámites migratorios son más rápidos.
A la semana que llegue recibí el permiso de trabajo y el mismo día conseguí trabajo como mozo en un restaurante en Potrero de los Funes.
Aunque ya tenía un permiso para estar en el país, el DNI me llegó a los 4 meses y cumpliendo los dos años de residencia ininterrumpida recibí mi DNI permanente.
Además, trabajé en una fábrica de pastas, en un supermercado y actualmente trabajo como empleado de comercio en una distribuidora de insumos de panadería.
En el momento que yo llegué había mucha oferta laboral. Conseguí trabajo mucho más rápido de lo que esperaba. La gente de San Luis me recibió bien, gratamente.
Los primeros días fueron difíciles, ya que extrañaba a mi familia, mis amigos, mis cosas; pero con el tiempo, con el pasar de los meses me adapté.
De Argentina me gustan muchas cosas, como la gastronomía.
Otra característica que atrapa es que no hay que hacer muchos kilómetros para conseguir paisajes lindos. La gente, por lo general, es alegre y amable, el folclore.

Estilos de vida
Una diferencia que noto entre las familias argentinas y venezolanas es que los padres venezolanos son más estrictos con los hijos y las libertades que les dan. En cuanto a la manera de hacer amistades no hay diferencias, en mi punto de vista los argentinos y los venezolanos no les cuesta hacer nuevos amigos, a todo le encuentran un chiste y siempre buscan la manera de ayudar al otro.

Planes y sueños
Entre mis proyectos de vida y sueños están terminar mis estudios, tener hijos, en algún momento poder tener un algún emprendimiento.
Ya formé mi familia, vivo con mi pareja que es de La Rioja y es docente. Tenemos un hijo perruno y deseamos en un futuro agrandar la familia con hijos.
Hemos tenido la posibilidad de viajar a Venezuela, pero he preferido no ir para no exponerlos a los riesgos que conlleva viajar y estar allá.
Llegué con la intención de quedarme definitivamente, pero con el gobierno anterior empecé a ver menos oportunidades en el país, por la gran inflación que hubo y la inestabilidad económica que se generó, sumado a qué también, noté un gran aumento en la inseguridad y estás eran cosas por las cuales yo huía de mi país y pusieron en duda continuar con mi estadía en Argentina.
Sin embargo, con este nuevo gobierno, a pesar de que queda mucho por hacer y de que el cambio no será inmediato, he recobrado mis ganas de quedarme definitivamente como lo fue desde un principio, porque estoy viendo mayor estabilidad económica, más oportunidades y un buen proyecto para el futuro, muy alejado a lo que nos estaban llevando que era convertir Argentina en una nueva Venezuela.

El imán de Potrero
Potrero es mi lugar preferido de San Luis ya que fue el primer lugar a donde llegué y le tengo mucho cariño.
Una anécdota para contar es que perdí la billetera en el colectivo cuando volvía de trabajar. Lo publiqué en los grupos de San Luis. Una chica me contactó y me dijo que la busque. Como no podía ir yo a buscarla, fue mi pareja y la chica le preguntó todo lo que tenía en la billetera.
Estoy muy agradecido con el recibimiento y las oportunidades que me dio el país y la provincia. A mí y a muchos extranjeros.