Expresiones de la Aldea, Notas Centrales, San Luis

ELLAS, LAS PUNTANAS

Por María José Corvalán

(…) Tengo ganas de hacer el amor esta noche. /A mi gusto, voluptuosa, lentamente. /Con los cinco sentidos alerta. /Entre luces, desnuda en el agua, o después de jugar en el agua. /Contigo, con aquel, con cualquiera. /Conmigo desdoblada.(…)

Así escribía y recitaba la entrañable María Haydeé “Beba” Di Genaro, platense de nacimiento y puntana desde el 43 hasta su partida. Valiente en su prosa, rebelde y transgresora, mostraba que las puntanas ilustres, las que dejaron su legado, las que incluso hoy mueven las fibras de San Luis, desobedecen mandatos, luchan y lo transforman todo.

Sobre algunas pioneras

Si bien algunas fuentes aseguran que Virginia Bolten nació en Uruguay, en Baradero o en Rosario, otras afirman que nació en 1870 en San Luis. Era hija de un opositor al régimen militarista alemán que emigró a Chile, para luego instalarse en una estancia de San Luis, propiedad de la familia Sánchez, en donde conoció a Dominga Sánchez, la hija del estanciero. Bolten es referenta del anarcofeminismo, fue la primera mujer en hablar en una manifestación un 1° de Mayo y la fundadora en 1896 del periódico “La Voz de la Mujer”, cuyo  lema era “Ni dios, ni patrón, ni marido”.

Dora Delia Ochoa nació en Concarán, provincia de San Luis, el 3 de febrero de 1908. Fue docente, directora itinerante, tuvo dos hijos y aún así, lo que para la época era mucho,  impulsó diversas investigaciones: le interesaba la ornitología, la antropología, el folklore, la poesía y visitaba la casa de las personas más viejas de los pueblos para registrar en sus cuadernos de notas las historias que pasaban de boca en boca.

Carolina Tobar García nació en 1897 en Quines, fue maestra, médica psiquiatra y legista. Se ocupó de la rama social de la medicina elaborando un estudio sobre el rendimiento escolar de las y los niños en relación a las diferentes clases sociales a la que pertenecían y los cuidados que recibían.

A las mujeres nos cuesta todo el doble, porque vivimos en una sociedad desigual que nos impone mandatos como el cuidado del hogar, la familia, la maternidad y porque cuando destacamos, parece que lo hacemos siempre en el camino de la docencia, los cuidados, la amorosidad y la cultura.

María Delia Gatica nació en Luján en 1907 y egresó del doctorado en filosofía y letras de la Universidad del Litoral. Autora de muchas obras como el diccionario de la lengua puntana, fue además narradora, poeta, memorialista, historiadora, pedagoga, lexicógrafa y rastreadora de historias, leyendas y tradiciones puntanas. Su hija, Perla Montiveros, que reside en la ciudad de Buenos Aires pero es oriunda de San Francisco del Monte de Oro,  cuenta:“desde primer grado ya sabía leer y escribir porque me había enseñado yo misma. Las maestras me llevaban de ejemplo a los otros grados”. Perla tiene una extensa obra literaria y es licenciada en Humanidades y Diplomada en La Sorbona, Universidad de París.

Berta Vidal es otra de las mujeres puntanas cuya mención es ineludible como referente de la cultura sanluiseña. Destacó por su labor en investigaciones folklóricas, sus textos como escritora y el rol como docente e investigadora.

A las mujeres nos cuesta todo el doble, porque vivimos en una sociedad desigual que nos impone mandatos como el cuidado del hogar, la familia, la maternidad y porque cuando destacamos, parece que lo hacemos siempre en el camino de la docencia, los cuidados, la amorosidad y la cultura. Sin embargo, de a poco construimos nuevos sentidos y desde el feminismo se sigue impulsando como hace décadas, la idea que sostiene que las mujeres somos capaces de todo, no necesitamos tutelaje para decidir y tenemos derecho a vivir libres de violencias.

Transformadoras y diversas

Hay mujeres de San Luis que abrieron caminos, traccionaron por derechos y con su mirada y acción transformaron las realidades de muchas personas.

Beba Di Genaro.

Doris Zabalza se define como militante social, gremial, trabajadora de la administración pública y parte de ATE San Luis. “Siempre trato de dar una mano a cualquiera que lo necesite, porque aspiro a vivir en una sociedad más justa”. Doris trabaja en la obra social del estado: DOSEP y es común verla por los pasillos junto a alguien a quien está acompañando a hacer un trámite. “Cuando voy a los pueblos la gente se para a saludarme me emociona que me tengan afecto y nos estrechemos en un fuerte abrazo. Aprendí que la patria es el otro y eso me moviliza a seguir gestionando. Eso les enseñé a mis hijos y así lo aprendieron”.

Hay mujeres de San Luis que abrieron caminos, traccionaron por derechos y con su mirada y acción transformaron realidades de muchas personas desde el lugar que ocuparon.


Martha Iglesias es médica pediatra, madre de seis hijas y un varón, abuela y amiga. Estudió en Mendoza no sin antes cumplir con una serie de condicionantes que impuso su familia, como vivir en un colegio de monjas mientras cursaba su carrera universitaria. En el 65 egresó, en el 69 se casó con Tato Iglesias y tres años más tarde tuvo que dejar su trabajo en el Hospital de niños de Buenos Aires para seguir a su marido a la Cuña Boscosa, donde fundó la primera neonatología del norte. Una vez en San Luis entró ad honorem al hospital y luego estuvo a cargo del centro de salud de La Merced, mientras a su vez hacía consultorio particular y cuidaba de una familia con cinco hijas y un hijo en edad escolar.

“Me acostaba tardísimo, dejaba todo en casa ordenado y al otro día me levantaba a las siete. Hacía guardias en el hospital, atendía en el centro de salud, dejaba la comida preparada, la mesa puesta, me iba al consultorio por la tarde y a la noche hacía domicilios. Después me incorporé al Sanatorio Rivadavia para atender recién nacidos y todo esto en medio de la dictadura militar”.

Marta pudo detectar que había desigualdad entre el sistema público y privado, que las madres adultas y adolescentes eran muy maltratadas y empezó a formarse en adolescencia. Para tratar de cambiar esa realidad gestiona y funda el chalet de adolescencia del hospital “un lugar amigable donde atendía un equipo interdisciplinario con Teresita Baigorria, Teresita Mora (trabajo social), Kely Rodríguez, Carmen Pantano (psicólogas) y Nora Sosa (nutricionista).” Era la década de los 80 y ya enseñaban la importancia del uso de métodos anticonceptivos, visitaban escuelas para dar charlas de sensibilización y hablaban de salud sexual y reproductiva con perspectiva de género.

Mirta Laderach vive en Merlo, fue paciente de cáncer y fundó hace 17 años “Alas de vida”, un espacio para mujeres que luchan contra la enfermedad. “Recién desde mayo del 2017 nuestra localidad cuenta con servicio oncológico, pero antes traíamos nosotras al Dr.Gustavo Domíguez para consultas y visitas en domicilios.” Desde la Fundación se costean los gastos, grupos de contención, ayuda para traslados, medicamentos y demás. Mirta fue “mujer destacada” en 2006 y junto a otras tantas siguen a diario juntando fondos, organizando mateadas y eventos musicales para difundir la importancia de los estudios de prevención.

Rocío Massman es licenciada en obstetricia, trabaja en la atención primaria de la salud en Villa Mercedes, es docente en la universidad de esa ciudad, integra la Red de Profesionales de la Salud por el derecho a decidir, y es feminista. “Desde chica fui bastante picuda y combativa para que las mujeres pudiéramos gozar de los mismos derechos y oportunidades que los varones.

Desde mi lugar trato de empoderar a las mujeres para que puedan exigir sus derechos y que los funcionarios públicos entendamos que debemos garantizarlos.” En relación a la consejería de salud sexual y reproductiva, anticoncepción, planificación familiar, el protocolo ILE, Rocío trabaja en red con equipos interdisciplinarios para que los acompañamientos sean amorosos, sin prejuicios y en base al concepto de la salud psicosocial. “Articulamos con todo el personal de salud y las Socorristas en Red de Villa Mercedes para evitar abortos clandestinos”.

Negrita Garayalde, la de la palabra justa para cantar verdades sin titubear mientras le tintineaban las pulseras y la risa. Sin grises, sin medias tintas, sin miedo ni segundas intenciones. La que decía que no iba a parar hasta tener justicia por su hija y por todas las que sufren injusticias

Daniela Calderón es música, nació en La Carolina y asegura que el mundo del folklore cuyano estuvo siempre reservado para los hombres. “Hubo cantoras que han sufrido sus penas por el machismo, pero mujeres guitarristas cuyanas con las particularidades de este género no existían. Cuando llegué a los 12 años a este género descubrí el machismo en todas sus expresiones, al punto que cuando me elogian me dicen que toco como un varón”. Daniela tiene 25 años de trayectoria y recién ahora logró participar de los escenarios y ser más visible no sin antes dar batalla, trazar estrategias y encontrarse amistades que le tendieron una mano.

Verónica Jordan es docente jubilada, trabajó 52 años en el comedor Madre Teresa de Calcuta, fundó la Asociación protectora de animales, colaboró en varios merenderos, impulsó una biblioteca itinerante y recibió varios premios y menciones a lo largo de su vida.

“Una empieza a participar en las luchas sin darse cuenta. Un día el comedor necesitaba gente para colaborar en diferentes tareas y me quedé años. Siempre insistí en la educación, es indispensable para buscar nuevos horizontes”.

Daniela Pereyra Jameson es artista desde los ocho años, se formó en la producción de arte y espectáculos en otras provincias y en San Luis aunque también es autodidacta. En 2002 empezó a dirigir y a producir, estuvo al frente del coro de la UNSL, de talleres de canto e interpretación, de oratoria, docencia y de grupos como Boca Chiusa y La Gata Flora. Además participó de la producción de las galas de San Luis, el Festival del Caldén, la delegación a Cosquín, y mucho más.

”Soy puntana nacida, criada y vivida. Amo San Luis aunque sé que hay mucho por hacer sobre todo a nivel cultural. Como mujer siento que siempre hay que demostrar el doble que un hombre, el liderazgo siempre se nos complejiza”. Daniela siente que le queda pendiente destacar la figura de muchas mujeres puntanas y una de ellas es la de Pancha Hernández, por lo que sueña hacer un musical.

Quedan muchas mujeres para mencionar, que se abrieron paso en la ciencia, las artes, la política, el periodismo, el deporte, entre otros espacios.

Es necesario recordar a NormaNegrita” Garayalde. Madre de Brenda Arias, víctima de femicidio, pero también mujer valiente, feminista, amorosa y comprometida. Con su casa siempre de puertas abiertas para recibir a “sus chicas”, que íbamos presurosas a cortar panfletos, pintar banderas y pensar acciones. Negrita, la de la palabra justa para cantar verdades sin titubear mientras le tintineaban las pulseras y la risa. Sin grises, sin medias tintas, sin miedo ni segundas intenciones. La que decía que no iba a parar hasta tener justicia por su hija y por todas las que sufren injusticias.

Virginia Bolten (1876 – 1960) fue una militante anarquista, sindicalista y feminista argentina, con actuación en las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Montevideo.