Expresiones de la Aldea, Notas Centrales, Raquel Weinstock, San Luis

RAQUEL, UNA HISTORIA DE PASIONES Y RESILIENCIA

Por Mariela Quiroga Gil

Evocar a Raquel Weinstock es un desafío personal. Su trayectoria tiene una amplitud de esferas donde lo público y lo privado convergen gravitando en la vida cultural de la provincia y dejándonos su legado.

Su prosa, su poesía y sus reflexiones forman parte de su mirada sobre la vida más íntima, amores y desamores. Una vida a pleno entre el sentir y el hacer. Una trayectoria basada en la introspección, en el escribir y expresar sentimientos, en contar historias y en el rescatar el San Luis de antaño.

Apasionada por el arte y la cultura. Su personalidad y su espíritu de superación movilizaron su vida profesional, familiar y social.

Hablar de Raquel es hablar de una madre que vivió y se desvivió por sus hijos: Damián y Rayza.  De esa madre que supo luchar por ellos y que hizo del amor maternal una cruzada. Una madre que desafiando contratiempos, supo construir a partir de debilidades y   vicisitudes su fortaleza.

Podemos entender la multifacética vida de Raquel a través de sus trayectorias como poeta, periodista, investigadora, promotora de políticas públicas en el ámbito de discapacidad. Todo ello la construyó y aún la constituye en una gran Inspiradora. 

Raquel y su poesía

Los primeros versos aparecieron en sucesiones de palabras, frases y sentires entrelazándose entre los juegos de niña y adolescente. Durante su vida universitaria en Córdoba, la carrera de Letras la cautivó y la motivó a desarrollar su obra poética. Su timidez desaparecía a la hora de escribir cuando la inspiración llegaba. Su letra clara, armoniosa y manuscrita atrapaba dando eternidad y trascendencia a esos sentimientos personales.

Raquel Weinstock disertando en el PJ de la ciudad de San Luis en una charla denominada: “Las cosas por su nombre” sobre la lealtad y la traición. La acompaña su entrañable amiga María Antonia Salino.

Fue en ese tiempo, entre 1976 -1978, cuando desafiante publicó sus primeros libros: En piel mayor y Cronología en Otoño. El primero lo dedicó A todos los que tienen algo de mí/ por tener yo algo de ello. / A la herencia humana de mi padre. / A mi madre. / A Leontina, José y Betty. /A todas las manos encendidas que me construyeron. / A todos los que llevan un poema embanderado”.

Lectora incansable supo atesorar una biblioteca de variados géneros. Generosa acompañaba al crecimiento de los autores jóvenes. Participó como jurado en numerosos concursos y recibió premios por su trayectoria. Preocupada por rescatar la obra del poeta Antonio Esteban Agüero propició que la Universidad Nacional de San Luis adquiriera los derechos del autor.

Compartió con Carlos Juan Rodríguez Saá la creación artística de varias obras. Por ello, con un juego de palabras hilvanó su homenaje cuando él partió publicando “Latidos para Charlie”.

«Hablar de Raquel es hablar de una madre que vivió y se desvivió por sus hijos: Damián y Rayza.  De esa madre que supo luchar por ellos y que hizo del amor maternal una cruzada. Una madre que desafiando contratiempos, supo construir a partir de debilidades y   vicisitudes su fortaleza».

Mariela quiroga gil

En 1984, en el diario Puntal San Luis, Raquel comenzó una vasta trayectoria en su tierra natal. Allí la conocí, me ayudó y emprendimos espacios de comunicación institucional, tema de mi especialidad. Compartimos, en 1988, la creación del departamento de Prensa y Difusión y el primer periódico “Presencia Universitaria” en UNSL. Posteriormente, iniciamos un espacio similar en el Superior Tribunal de Justicia.

Más tarde, dirigió las revistas Carolina Nueva Era, la Revista El Diario de San Luis y La Voz de la Mujer del Consejo de la Mujer junto a María Antonia Salino y Fanny Mendoza. En los semanarios La Opinión y La Voz del Sud, desde el año 2012, Raquel volvió a publicar su prosa poética colmada de sentimientos profundos.

Raquel y el rescate de la memoria colectiva

Desde la primera incursión al Archivo Histórico que hicimos juntas, el rescate de la memoria colectiva nos fue marcando el camino. En 1989, en las tardes de archivo encontramos las cajas de fotos en vidrio de La Vía. Fue entonces que emprendimos el primer trabajo investigativo dando origen al libro “Memoria Gráfica por José La Vía”.

Luego, escribió el libro Mauricio López sobre el rector desaparecido de la UNSL y la lucha por los derechos humanos. Posteriormente, San Luis en el siglo XX nos reunió junto a Marta Dechecco y Eduardo Gomina. Posteriormente coordinó dos publicaciones: “40 años de El Diario de la República” y “Galería de Juristas”.

Plasmó su visión humanista en el prólogo del libro “Todos los niños todos” de María Antonia Salino, Vilma Magall y Mirta Mobellán. Libro que aborda la experiencia de la desinstitucionalización en la provincia.

En el libro “La Casa del Bicentenario” volvimos a trabajar juntas con Hugo Larramendi a partir de la historia social de la antigua Casa de Gobierno y de la actual Terrazas del Portezuelo.

El libro “El Rector” sobre el legado del primer Rector electo de la UNSL, Alberto Puchmüller fue su última obra. En sus páginas puso en palabras la trayectoria del carismático líder universitario, por iniciativa de Félix Nieto Quintas y Víctor Moriñigo.

Raquel, una vida de resiliencia

Desde su experiencia de vida que la marcó en su cuerpo, Raquel encontró la forma de transformar su vivencia. Desde la Dirección de Discapacidad de la provincia fue capaz de dar esperanza y contribuir al reconocimiento de derechos.

Hizo de la experiencia personal una historia para compartir y para motivar a otros. Habló de temas como la sexualidad y la discapacidad, exploró los sentimientos y dio esperanza de vida a muchos.

Conjugó verbos y los pintó de optimismo para publicar junto al Dr. Manuel Jofré en la obra “Asistiendo el embarazo de la mujer con discapacidad motora”. Aún me conmueve cada vez que hojeo esa obra una posdata que Raquel con infinita sensibilidad dedicó a mis padres.

“Parque encantado” de Leonid Afremov.

Inspiradora como pocas, una mujer que supo infundir esperanza con su fuerza personal, que superó las adversidades, que se impuso a ellas y ha dejado un legado perenne a sus hijos, amigos y familiares. Una mujer que hoy juega entre las palabras al aire y su risa se hace eco enseñándonos a vivir.

Este 11 de septiembre se conmemora el aniversario del natalicio de Raquel Weinstock. Es un honor para La Opinión y La Voz del Sud acercar este homenaje en palabras de la Licenciada Quiroga Gil. Este homenaje es parte de otros que vendrán hacia esta mujer que acompañó nuestras páginas con su poética.

GRAN CHARLIE

Como un beso interrumpido que arde en el tiempo. Un vuelo infinito pero acabado, que sale desesperado a buscar tus mejillas suaves y estás tan cerca de nuestras heridas agobiadas, y de la risa contagiosa de alegría. Esculpiendo cada día, tu breve pero intensa historia, estuvimos en el Gran Charlie. Algo de vos subió al escenario y un aroma a jazmines frescos y violetas nos cubrió a las dos con el amor que sin vos nos falta. 
Y tu ausencia es tan honda e infinita como un laberinto de piedras milenarias, fría, larga, definitiva. 
Una te paseó desde su vientre tibio y orgulloso. La otra recibió, casi, cada madrugada tu voz y tu música y la ternura que le faltaba.
 Las dos fuimos amadas y nunca podremos despedirte, te seguiremos buscando. Tona y Raquel.

(*) Texto incluido en el homenaje “Latidos para Charlie” y publicado en su momento en La Opinión y La Voz del Sud