Por Miriam Micaela Díaz

 Recuerdo tu talón en mi ventana.
 Recuerdo tus várices en la mañana.
 La primera vez que te vi fue en una tertulia literaria. Saltaste como una fiera y arañaste con tus palabras.
 Cerraste tu presentación con un “Gracias” adobado en ternura y te convertiste de nuevo en un cuerpo de esta dimensión. 
 A las horas te fuiste e intenté meterme al bolsillo de tu pantalón para estar cerquita de tus estrías, pero no.
 Recuerdo que desde ese día me hice desierto y tu talón en mi ventana se convirtió en mi sueño, que llegues a casa y te relajes tanto que puedas estirar tu cuerpo para que cruja y duela menos.
 Y que tus várices en la mañana se junten con mis pestañas, vibrando al mirarte siendo arte.
 Recuerdo tu temblor en las montañas, como siempre, en otro sueño.
 Por algo y más, aún te espero, deseando descansar mis rodillas en tus persianas y mis nudillos en tus pensamientos. 

(*) Miriam Micaela Díaz, “La Mica”, “MicArte”. Es oriunda de la Villa de Merlo (San Luis), lugar donde vive actualmente. A lo largo de sus 24 años, siempre ha sido el arte (en máscaras diversas) el puente que le acerca a sujetos y lugares en los que la vida vale el amor ser vivida. En el Taller Literario “Silenciosos Incurables”, encontró, entre letras y compañías, parte de su voz.