Por Martín Cabanes (*)

Un dolor de viernes marca las dos de la tarde. 
Todas las hojas que tenían que caer ya cayeron. 
No quedan más palabras por pronunciar.
Quedan dos tazas con café a medio camino y yo contemplando la tarde en su cénit.
El reloj en la cocina no deja de marcar su recorrido circular y rutinario.
Los cigarros en un plato y el sol en el horizonte se apagan al unísono.

(*) Un 16 de julio de 1990 el invierno sureño me daba la bienvenida a este mundo, en San Luis. Mi nombre de cuna es José Martín Cabanes. Mi nombre artístico, Letonic, se debe a la conjunción del famoso cóctel Gin Tonic con el término musical “nota tónica”. Surgió así un nombre que plasmó, aunque indirectamente, la supuesta dicotomía en mezclado equilibrio musical. Un poco de esto último he venido tratando de transmitir con la literatura.