Expresiones de la Aldea, San Luis, Tertulias de la Aldea

Ciudad apasionada

Por Sebastián Reynoso

Ciudad de apasionados, la linda Villa Mercedes, ella siempre tan clara como sus días.

Recorriendo aquel Molino Fénix allá en lo alto por aquellos caminos de la Calle Angosta, donde habrán dejado sus huellas aquellos hombres y mujeres tras sus pasos, los ferroviarios, los turistas y los artistas que cruzaban de Mendoza a Buenos aires, haciendo parada obligada en nuestro pago.

Las compañías de teatro y grupos musicales o solistas, ya sean de nivel local, nacional o internacional hacían asiento en el viejo cine teatro Sportsman, entre otros. Una época dorada, donde el teatro y el cine eran protagonistas firmes de la cultura en la ciudad, donde se brindaban acontecimientos artísticos y musicales que conmovían a toda la ciudad.

Sobre su Río Quinto desciende un caudal de aguas puras y mansas, que van regando los campos del progreso, los frutos saludables de una tierra fructífera, de la cual se decía que si tirabas una semilla al suelo, enseguida florecían las flores que le daban vida a esos lugares. Lugares donde el sol se pierde a lo lejos bordeando por la costanera, que después, a la luz de la luna, se ve tan bella y serena.

Con la calma y la paciencia de los sabios tomo asiento a la sombra que nos regala un sauce viejo, y desde aquella perspectiva he visto pasar tus tardes inolvidables, aquellas que embellecen tus hermosos paisajes, tus veredas anchas y cómodas, el Parque La Pedrera, El teatro TIM, la Parroquia nuestra Señora del Carmen o de La Merced, la vieja Estación de Trenes, El Dique Vulpiani, los espejos de agua…

Atento a los silencios de tus amaneceres, puedo oír el murmullo o el silbido de los pájaros que parecen conversar entre ellos admirando y disfrutando de tus arboledas, de tus verdes espacios, o de aquellos caballos que al galope levantan polvareda sobre tus médanos.

A donde quiera que vaya siempre te llevaré prendida entre mis alas, porque solo así puedo volar a lo más alto cuando hablo de ti, y hasta puedo derramar alguna que otra lágrima si me encuentro lejos de tus cordones, de tus calles.

Sos la tierra de Alfonso y de Zabala, la del Mono Gatica, la de Abel Bailone, de Don Tello Cornejo, de Héctor Aubert, de Félix Máximo María, del Aldito Ávila, y del gran Roberto “Toto” Tessi, entre tantos otros talentosos que te han hecho aún mas grande, como realmente lo eres mi amada ciudad, Villa Mercedes.

Monumento al Teniente Manuel Félix Origone, inaugurado el 8 de julio de 1917. Atrás se observa los silos del Molino Fénix (foto de José La Vía).