La Aldea y el Mundo, San Luis

El robo de la Mona Lisa

La famosa obra de arte ha generado desde siempre atractivo y polémicas. Los delitos en torno a ella y las incógnitas se convirtieron también en un fenómeno cultural y artístico

Por Gerardo Masman

Es uno de los robos de arte más famosos e impactantes de la historia, ocurrió el 21 de agosto de 1911, cuando la pintura fue sustraída del Museo del Louvre en París. Durante aquellos días, el cuadro tuvo una gran repercusión en los medios de comunicación, tanto que los parisinos y turistas se acercaban para ver el espacio vacío que hasta hace un tiempo ocupaba la obra entre medio de otras tanto, esto distaba mucho de la sala protagónica que ocupa actualmente.

La Mona Lisa, también conocida como La Gioconda, fue pintada por el genio renacentista Leonardo da Vinci en el siglo XVI y es el retrato de Lisa Gherardini o Lisa del Pito también llamada Lisa di Antonio María (Antonmaria) Gherardini, quien fue una noble florentina, originaria de la región de Toscana, en Italia.

Hay pocos detalles sobre la vida de Lisa; se sabe que nació en Florencia y contrajo matrimonio durante su adolescencia con un mercader de telas y seda que, años después, se convirtió en un funcionario local, cuando pide que Leonardo retrate a su esposa. Aunque desde el siglo XVI existen pruebas que vinculan a Lisa Gherardini, no ha sido sino hasta comienzos del siglo XXI cuando se ha confirmado con certeza dicha relación.

Volviendo al robo, las autoridades francesas estaban desesperadas por encontrar a los responsables y recuperar la pintura.

Durante la investigación, muchos nombres surgieron como posibles sospechosos, entre ellos Pablo Picasso, el famoso pintor español. Algunas teorías sugieren que Picasso, quien residía en París en ese momento, podría haber estado involucrado en el robo. Sin embargo, no hay pruebas concretas que respalden dicha afirmación y no hay registros que lo vinculen directamente con el delito.

Por otro lado, también se mencionó la posible participación de un argentino. Según otras teorías, un hombre llamado Eduardo de Valfierno, originario de Argentina, habría sido el cerebro detrás de este audaz robo.

Se dice que Valfierno habría contratado a un grupo de ladrones para robar el cuadro y luego venderlo en el mercado negro del arte. Sin embargo, al igual que en el caso de Picasso, no hay pruebas contundentes que confirmen su participación en el delito.

A medida que pasaron los días y las semanas, la Mona Lisa se convirtió en un ícono del arte robado y la prensa internacional siguió de cerca el desarrollo del caso. El robo en sí mismo fue un hito significativo, pero la magnitud de la noticia aumentó aún más cuando el cuadro fue recuperado dos años después, en diciembre de 1913.

El responsable del robo fue Vincenzo Peruggia, un italiano que había trabajado en el museo durante un tiempo, logró ocultarse en el edificio hasta que se cerraron las puertas. Aprovechando la poca seguridad existente en aquel entonces, logró sacar la pintura de su marco y esconderla bajo su chaqueta.

Aunque fue sorprendente la audacia con la que llevó a cabo el robo, lo más asombroso fue que Peruggia logró evadir la detección durante más de dos años. Finalmente en 1913, Peruggia decidió poner fin a su osadía y tratar de vender la Mona Lisa recuperada a un anticuario en Florencia. Sin embargo, el anticuario alertó a las autoridades italianas. La pintura fue confiscada y la noticia de su recuperación se extendió rápidamente.

El regreso de la Mona Lisa fue recibido con gran alivio y alegría en Francia. El cuadro fue aclamado como un símbolo de la cultura y el patrimonio del país, y se convirtió en uno de los principales atractivos turísticos del Museo del Louvre.

La fama y la importancia de la Mona Lisa se multiplicaron exponencialmente después de su robo y recuperación. La pintura adquirió un estatus legendario, incrementando su valor monetario y su reconocimiento mundial. La misteriosa sonrisa de la Mona Lisa y su historia de robo la convirtieron en un fenómeno cultural y artístico.

La recuperación exitosa de la pintura es un testimonio de la importancia de preservar y proteger el patrimonio cultural. La obra continúa siendo uno de los tesoros más preciados del Museo del Louvre y sigue fascinando a los visitantes de todo el mundo.

La importancia de la Mona Lisa no solo radica en su valor artístico, sino también en la enorme fascinación que ha suscitado a lo largo de los siglos.

Esta pintura, ha sido objeto de innumerables estudios y análisis. Su enigmática sonrisa, la sutileza de los colores y sus detalles meticulosamente pintados han cautivado a expertos y al público por igual.

Pero todo ello luego de su robo, posterior recuperación y en gran medida en la gran campaña de difusión llevada adelante por los medio y autoridades francesas. Lo que me genera dos preguntas: primero ¿la obra hubiera sido igual de famosa sin todo lo desatado tras su robo? y segundo ¿ de qué se sonríe Lisa?