Al compás único de Beba
Hijas y amigos comparten anécdotas y reflexiones sobre los últimos trabajos literarios de María Haydeé Di Genaro. La naturaleza y el protagonismo de la mujer permanecen entre sus textos inéditos pero también horas oscuras que buscan cierta liberación interior
Por Matías Gómez
Las horas oscuras
El séptimo libro de Beba, aún inédito, contiene poemas que, en estos tiempos de pandemia, encuentran eco entre su familia que compartió un fragmento para esta edición especial.
“Con tanta muerte alrededor la vida sale de sí misma/ y va por túneles:/ el miedo de la infancia y remembranzas,/ por el cortejo de fantasmas familiares se hace amigable el tránsito/ y subiendo escalones los perdurables célebres/ se hacen presentes,/ los cercanos recientes, dolores nuevos, azuzan los interrogantes/ descreídos, mentimos, para no claudicar,/ y la desesperanza puede vencer en nombre de los cielos/ o los consuelos apurar las copas por el tiempo impreciso…/…la vida alrededor acerca un vino un beso un buen día dormido”.
En este período artístico, los motivos luminosos -durante años alentados por el vitalismo de Antonio Esteban Agüero– quedan suspendidos, al igual que la métrica y la rima. María Haydeé Di Genaro prefiere otro modo de decir, se escucha desde un lugar diferente y el dolor modifica su ritmo poético.
“Mamá tuvo en sus últimos años una relación más estrecha con la escritura. Dedicó mucho tiempo en ordenar sus cosas y escribir.
Ella era muy inteligente y, a pesar de su edad, no le costó nada apoyarse en la tecnología. Lo que también le abrió una vida nueva, internet, por ejemplo le brindó un acceso inmediato a miles de temas.
Además aprendió a usar las redes sociales. De hecho, creó su propia página y la mantenía actualizada, al principio asistida por sus nietos. Hasta nombre le puso a su computadora: Blanca Luz”, contó una de sus hijas, Leticia.
“´Las horas oscuras´ es una asignatura pendiente que tenemos para publicar. Esta última obra refleja su etapa difícil”, agregó sobre su mamá que este 28 de diciembre hubiera cumplido 83 años.
Algunas amistades e influencias
La actriz Adriana Durigutti recordó cómo descubrió a Beba y sobre la gravitación que aún ejerce en su carrera. “La conocí en el 90, 91, ella era la autora del ‘Canto al pueblo puntano de la independencia’ y tuvimos la suerte de presentar esa obra en Buenos Aires, Mendoza y Córdoba. Pasado el tiempo, ella escribe ‘Los nombres de la puntanidad’, un espectáculo donde hacíamos un recorrido por los poetas más importantes de San Luis y lo presentamos en la Feria Internacional del Libro”, recordó.
“Cuando yo trabajaba en el banco ella iba a cobrar la jubilación de su marido, así que era la excusa perfecta para sentarnos con papel y lápiz, para pensar y soñar en grandes piezas teatrales. En 2009, cuando publica el libro ‘De sombras y de incendios’ me lo regala y ahí empiezo a conocer su obra en profundidad y me enamoro de sus experiencias. Es una de las feministas más contemporáneas y fuertes que tenemos. Siempre recomiendo a otras actrices que lean a Beba porque es actual”, señaló Durigutti.
“La musicalidad de su poesía me retrotrae a Agüero, no en vano eran amigos, pero es una mujer haciéndolo y con su compás único. Cada vez que interpreto su poesía le pido permiso, necesito su bendición.
También, cuando inicié mi camino por el lado de la comedia haciendo stand up, ella estuvo presente y me dio su ok. Es muy importante la presencia de Beba en mi vida”, aseguró sobre la escritora nacida en La Plata y que a los cinco años vino a San Luis.
“Una vez, siendo muy niña, me acerqué a un poeta, cuando recién escribía las vocales y jugaba con mis primeros versos. Ese poeta, magnánimo, me regaló faroles, signos, señas para el camino que emprendía, cuando era mi edad adolescencia. Y ese poeta se convirtió después en crítico veraz y consecuente, que corregía, alentaba, exigía, sacudía. Al recordarlo, me arrodillo”, describe Beba a Agüero en sus “Cartas para un aprendiz”.
María Haydeé asistía a la escuela “Paula Domínguez de Bazán” y vivía a media cuadra de la iglesia Catedral. “Cuando Agüero prologa mi primer libro del que él selecciona el material, dice que yo fui poeta por esa cercanía con las campanas, con el viento sobre la cúpula, con el zureo de las palomas, con esa cercanía que es lo que posiblemente haya motivado la vocación”, apunta.
Desde la docencia y la radio, Beba se preocupó por defender el rol de la mujer y transmitir los valores puntanos.
“Fue una poeta fundamental para su época, que marcó el camino de la vocación, la fraternidad y la pasión por leer y escribir poesía. El libro ´Decisiones del Cuerpo´ que publicamos en ediciones Libros de la Calle en 2012 marcó un encuentro amoroso, a través de la poesía con las jóvenes generaciones de San Luis”, dijo el escritor y editor Luis Vilchez.
“Son poemas que no están incluidos en la antología (con las cartas de Agüero) que recopiló la fundación Pircas mediante la Universidad Nacional de San Luis. En ese tiempo, Beba había tenido un cambio espiritual con la poesía y se había dado cuenta de que quería estar con les jóvenes y quería apoyar nuestro proyecto. Durante mucho tiempo fui a su casa a tomar el té y charlar de literatura, tenía una biblioteca muy bonita. Este fue el último libro que publicó en vida, fue todo un honor. Era una apasionada de la poesía, le gustaba mucho Gioconda Belli”, compartió Luis.
Lectora voraz
“Ella vivía inspirada, recuerdo alguna noche verla levantarse a anotar sus apuntes o a la mañana y luego seguía durmiendo. Anotaba ideas todo el tiempo que luego desarrollaba supongo en su ritual de escritura. También era una lectora voraz, actividad que compartía con mi padre. Su nieta Gala siguió su pasión por la literatura y estudia Letras en la Universidad Nacional de San Luis”, indicó Leticia.
Otra de sus hijas, Alejandra, repasa escenas y fragmentos que retratan con nitidez la vocación de María Haydeé. “Escribía cuando podía, hasta en las últimas hojas blancas de los libros, si no tenía la compu a mano. Generalmente de noche”, señaló.
Un legado que reverdece
Así como en algunos poemas, Beba preserva momentos despejados y cierta comunión con el paisaje serrano, también, en otros versos aborda la tristeza, no desde los detalles, más bien participando de la condición humana universal. En “Instrucciones para mi muerte”, su dolor aparece conmovedoramente dignificado:
“Que se escuche a lo lejos un piano/ y que en vez de velones haya estrellas/ que permitan que el viento me despida/ que en lugar de rezar digan poemas/ y que me inviten calandrias al entierro/ si es que quieren hacerlo a mi manera.”
Esa oscilación, entre lo místico y el desasosiego, que recorre sus últimas páginas contiene tal fuerza que habilita nuevas preguntas y percepciones. Al mismo tiempo, su familia elige una anécdota para destacar el legado de la autora que murió en marzo de 2015.
“Hace unos diez años yo me hice cargo del cuidado de su casa de El Trapiche llamada el Adagio. Y quise sacar un níspero que era muy viejo y grande y corría riesgo de caerse sobre la casa pues estaba casi muerto…. ella me escribió un poema para pedir que no lo hiciera. A la otra primavera, el árbol reverdeció”, contó Leticia.
Muy bna manera de describir las obras de esta Gran Escritora de San Luis. La redacción de la nota con un toque distintivo de poesía y vocabulario acordé al mismo,denotan la calidad humana de Matías .
Gracias