Emilia Pardo Bazán, la escritora en su centenario
La intelectual española deja un inmenso legado desde su obra y desde sus actos que también denunciaban desigualdades sufridas por las mujeres en el acceso a la educación
Por Rocío Charques Gámez
Doctora en Filología Hispánica
Este año conmemoramos el centenario de la muerte de la escritora Emilia Pardo Bazán. Fue doña Emilia una figura señera, poliédrica y ecléctica, feminista y autodidacta, independiente y fuerte, una intelectual con mayúsculas que ocupó un lugar privilegiado en el Parnaso de las Letras de su época.
Entre los actos que van a dedicarse a recordarla y rendirle homenaje, destacan dos congresos internacionales que se celebrarán en Galicia, los ciclos del Ateneo de Madrid y el podcast “Los lunes de Pardo Bazán” de Radio Nacional de España.
Su formación
Nació nuestra escritora en La Coruña el 16 de septiembre de 1851. Sus padres, José Pardo Bazán y Amalia de la Rúa y Somoza, provenían de una familia de linaje noble. Pasó su primera infancia en su ciudad natal hasta que la familia se trasladó a Madrid, en 1854, al ser elegido su padre a Cortes. Allí asistió, como medio pensionista, a un colegio francés, donde aprendió la lengua de Molière.
En sus “Apuntes autobiográficos”, Pardo Bazán se retrató como una niña de gran curiosidad intelectual, que devoraba los libros y cualquier texto que cayera en sus manos.
Sus lecturas predilectas eran la Biblia, el Quijote, la Ilíada, y también saboreó con gusto libros como la Conquista de México, de Solís, los Varones ilustres, de Plutarco, y las Novelas ejemplares, de Cervantes. Además, disfrutó la lectura de obras francesas que le estaban vedadas y a las que accedía clandestinamente (Víctor Hugo, A. Dumas, George Sand). Entonces, empezó a esbozar sus primeros versos y algunas páginas en prosa. El año 1868 fue clave en su vida, pues sucedieron tres acontecimientos fundamentales: se vistió de largo, se casó y estalló la Revolución de Septiembre.
Con su joven esposo, José Quiroga, se instaló en Santiago de Compostela, pero se mudaron con los padres de doña Emilia a Madrid en 1869. La familia emprendió un viaje por Europa con motivo del estallido de la revolución, viaje que aprovechó para dedicarse al estudio y la literatura, algo que no abandonó hasta su muerte.
Aprendió idiomas para leer a sus autores en lengua original (inglés, italiano, alemán) y, de vuelta a España, entró en contacto con el krausismo, convirtiéndose Giner de los Ríos en su guía en el camino de perfección intelectual que emprendió. Pronto nacieron sus tres hijos. Nuevos textos iban apareciendo en la prensa. En 1879, se publicó su primera novela, Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina.
Acercamiento al Naturalismo francés
A partir de 1880, doña Emilia comenzó una carrera meteórica. Su estancia en el balneario de Vichy, debido a una afección hepática, la llevó a descubrir el Naturalismo francés, movimiento que después dio a conocer en España a través de sus polémicos artículos titulados La cuestión palpitante (1882-1883).
Se sucedieron sus novelas Un viaje de novios (1881), donde se sirvió de sus recuerdos en Vichy; La Tribuna (1883), donde la protagonista es una cigarrera de la Fábrica de Tabacos de Marineda (nombre artístico que recibe en su producción literaria su ciudad natal, La Coruña), y El Cisne de Vilamorta (1885).
Con su famosa novela Los pazos de Ulloa (1886) y su segunda parte, La madre Naturaleza (1887), analizó la decadencia de la nobleza gallega y censuró el caciquismo.
Su matrimonio acabó en una separación amistosa, fruto, entre otras razones, de las polémicas despertadas por su quehacer literario. Continuó viviendo con sus padres, que la apoyaron hasta el final de sus vidas. A partir de estas fechas, multiplicó sus actividades culturales y comenzó a viajar con asiduidad a París, donde se reunía con escritores como los Goncourt y donde acudía a la Biblioteca Nacional a estudiar.
En Francia, descubrió la nueva novela rusa y, como aconteció con el Naturalismo francés, se aprestó a darla a conocer en España.
Fueron surgiendo nuevas novelas, una cantidad de cuentos ingente (se cuentan más de seiscientos), artículos en prensa, conferencias, entrevistas, incluso se erigió como empresaria, a partir de 1891, con la fundación de su revista unipersonal Nuevo Teatro Crítico, la edición de sus obras completas, así como la dirección y publicación de La Biblioteca de la Mujer (donde apareció la primera traducción de Stuart Mill en español).
Doña Emilia tenía cuarenta años. Había fallecido su amado padre y empleó la herencia en estas empresas. Ella nunca olvidó sus consejos y recordaba sus palabras cuando le decía que no debía creer a nadie cuando le dijera que no podía hacer lo mismo que un hombre por ser una mujer.
Otros títulos de su obra novelística son La piedra angular, Insolación y Morriña, Una cristiana y La prueba, Doña Milagros y Memorias de un solterón (que conforman el ciclo de Adán y Eva). En el siglo XX se publicaron sus últimas novelas: La quimera (1905), La sirena negra (1908) y Dulce dueño (1911). En ellas se rastrean las influencias de las nuevas tendencias literarias finiseculares, que pueden encontrarse diseminadas en sus obras ficcionales anteriores.
Doña Emilia periodista y feminista
Emilia Pardo Bazán era una periodista nata. Su firma apareció en la prensa desde su juventud. La encontramos en la prensa española y extranjera, donde se rastrean sus cuentos, ensayos, artículos o crónicas de viaje. Por ejemplo, trabajó como corresponsal para El Imparcial en la Exposición Universal celebrada en París en 1900.
Estos artículos los reunió, posteriormente, en el volumen titulado Cuarenta días en la Exposición. Lo mismo sucedió con gran parte de sus cuentos. La escritora se dedicó a recopilarlos y a publicarlos en volúmenes.
Su colaboración en la prensa argentina es notable. Sus escritos pueden leerse en Caras y Caretas o en La Nación, de Buenos Aires, así como en numerosos periódicos y revistas de la emigración gallega.
Entre los reconocimientos que recibió en vida, destacan su nombramiento como socia de número del Ateneo de Madrid, en 1905 (fue la primera mujer en conseguirlo; después sería la primera en ocupar un cargo directivo); como consejera de Instrucción Pública, en 1910, y como catedrática de Literatura Contemporánea de Lenguas Neolatinas en la Universidad Central, en 1916 (la primera otorgada a una mujer en España).
En cambio, la Real Academia Española rechazó su admisión como académica. El pretexto fue que el reglamento no autorizaba el ingreso de las mujeres, el mismo dado, años atrás, a Gertrudis Gómez de Avellaneda. Esta fue una de las derrotas que más pesaron a doña Emilia, aunque le sirvió de acicate para continuar luchando por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
No aceptó el papel que la sociedad le imponía como mujer. De hecho, con ella no casaba la etiqueta de “ángel del hogar”.
Alzó su voz contra las injusticias que sufría la mujer, en particular, la mujer española de su tiempo. Su ideario feminista es uno de los legados que se ponen de relieve a la hora de presentarla. En una época en la que la mujer no podía acceder a la misma educación que los hombres, ella resolvió este obstáculo con un estudio constante que la puso al nivel de los intelectuales de su tiempo.
Su profundo estudio y sus continuadas lecturas, amén de sus capacidades intelectuales fuera de serie, le proporcionaron las herramientas con las que abrirse camino en un mundo en el que la mujer era vista con suspicacia y a la que no se tomaba en serio. Su fuerte personalidad también ayudó en este sentido, ya que Pardo Bazán no se dejaba amedrentar por nada.
Ella era consciente de que debía trabajar más que el resto de sus colegas masculinos para poder ser valorada y, por ello, no escamoteó ningún esfuerzo. La autora de La madre Naturaleza tenía plena consciencia de su valer y de que quería vivir de su trabajo, sin depender económicamente de nadie.
Su feminismo está marcado, fundamentalmente, por el ímpetu reformador de la educación. La adelantada intelectual denunciaba, sin pelos en la lengua, que la formación completamente superficial y raquítica que recibía la mujer de su época perseguía mantenerla en el puesto inferior que ocupaba con respecto al hombre.
En 1892, doña Emilia participó en el Congreso Pedagógico Hispano-Luso-Americano celebrado en Madrid. En esa ocasión, censuró que la educación femenina se basara en formar buenas madres y esposas.
Para ella, era nefasto continuar explotando la idea de que la mujer careciera, por el mero hecho de ser mujer, de un destino propio. Su existencia dependía siempre de otro (o bien del marido e hijos o, si estos no existían, del género masculino en general). No se cansaba de repetir la autora de La cuestión palpitante que la mujer debía luchar, en primer lugar, por su felicidad, por su plenitud personal.
En toda su obra se rastrea esta batalla por la dignidad de la mujer. Así, en sus cuentos, son múltiples los ejemplos donde podemos leer historias donde se denuncia el abuso que padecen las mujeres. No obstante, en sus páginas también se descubren mujeres fuertes, mujeres nuevas, que son un soplo de esperanza para las nuevas generaciones. En su novela Memorias de un solterón, por citar un ejemplo, la protagonista femenina, Feíta, encarna este tipo de mujer nueva.
Falleció en Madrid el 12 de mayo de 1921. Consiguió dejar una huella imborrable en los anales de la literatura. Fue una mujer excepcional que rompió todas las barreras que se le imponían a la mujer de su época. Su obra y ejemplo vital siguen suscitando hoy admiración e interés.
Excelente nota. Me enteré de muchas cosas que no sabía de la escritora.
EXCELENTE NOTA!
Muy buen artículo…ameno y con rigor histórico…..Describiendo la persona y la escritora….y testigo del FEMINISMO de verdad……para la época…
Muy buen artículo. Con una redacción inmejorable, nos descubre a un personaje español fascinante, tanto por su legado literario como por su coraje para abrirse paso en un mundo masculino.
Excelente artículo. Completisimo e inmejorable la redacción.
Felicitaciones!! Hermoso artículo Rocío!!! Hemos aprendido mucho!!
Excelente.
Enhorabuena! Un artículo excelente que prueba tu conocimiento y tu buen hacer.
Excelente retrato de la ilustre gallega,Emilia Pardo Bazan, en el que la doctora, Rocío Charques, nos deleita de forma magistral, presentándonos desde distintos ángulos su condición de novelista, periodista, ,ensayista, poetisa etc y precursora de los derechos de la mujer y de la novela social en España. Enhorabuena.
Excelente artículo, a la altura del S. XXI en un tema tan candente como: LA IGUALDAD DE GÉNERO. Doña Emilia Pardo Bazán, hace más de un siglo ESTABA EN LA MISMA LUCHA… esperemos lograrla.
Gracias Rocío sigue escribiendo con tu sabiduría y que veamos pronto en la humanidad la verdadera IGUALDAD por la que tanto se ha luchado y se sigue luchando. Gracias por tu maravillosa exposición.
Maravilloso artículo
Todo un ejemplo para las mujeres de hoy en día: La lucha por la igualdad de género.
Expone la realidad de las condiciones de estas mujeres con sus trabas por las que se encontraban en el camino por conseguirlo. Un siglo después sigue pendiente. Sigamos luchando.
Excelente y completa nota!!! Muy interesante!
Excelente y completa nota!!! Muy interesante!
Excelente nota! Había que ser feminista en esos años. Se habrá llevado al cine alguna de sus obras?
Felicitaciones a la autora del artículo!
Excelente, un paseo para los ojos leer este texto. Felicitaciones ! Histórico y sensible a la vez !