El Trotamundos
Por José Villegas
Nació en 1825, y nació para estudiar y solo estudiar, con la obsesión del genio. Y, después de nacido, creció para pensar, para decir, para escribir. Como Juan Crisóstomo, pero en 1846, se recibió de abogado en Santiago de Chile y, aunque brillante hombre de Derecho, eligió su propio destino convirtiéndose en geógrafo, agrimensor y geólogo. Fue diputado en el Congreso Constituyente de Santa Fe, donde ya se destacaba por decidor de cosas indecibles. También fue senador nacional en 1864 y escribió aconsejando cómo se debía constituir una legalidad verdadera en un país devastado por las guerras intestinas.
Pero antes, ya había escrito “Cuadro Descriptivo de la Provincia de San Luis”, obra elogiada por el mismísimo geógrafo y sabio francés Martín de Moussy. Luego vendrán otros trabajos extraordinarios, pero su obra capital sin dudas fue: “Fisiografía y Meteorología de los Mares del Globo”, 2 tomos. Publicado en los Anales de la Sociedad Científica Argentina.
El hijo de la aldea mediterránea y polvorienta, en la que el mar era una entelequia, ¡fue el primer puntano que entre 1882 y 1889, dio la vuelta al mundo navegando!
Le gustaba decir con inmenso orgullo, “…hice la circunnavegación completa del globo, recorriendo dos veces el Pacífico y el Atlántico de sur a norte y de norte a sur, en toda su extensión…” Juan no anduvo de vacaciones.
Las 1.400 páginas escritas por este Darwin americano desbordan de datos científicos, astronomía, narraciones de viaje, geología marina, oceanografía, cosmogenia, zoología, etcétera.
A fines de 1892 llegó a San Luis el anciano trotamundos, humanista y progresista. Curioso silencio de la prensa y de algunos políticos adictos al régimen. Sin embargo, dos audaces caballeros, que luego darán testimonio, visitaban al viejo sabio en su quinta en aquellas tardes apacibles, los jóvenes Tomás y Nicolás Jofré, quienes supieron disfrutar del privilegio fascinante de aquellas charlas eruditas. Tiempo después, Don Juan Llerena se radicó en Buenos Aires, para morir el 14 de marzo de 1900. El nuevo siglo lo despedía. Cientos de estudiantes de las universidades del nuevo siglo absorberían su legado.