El intendente de Villa Mercedes Maximiliano Frontera parece que tiene una doble personalidad. Por un lado, se hace ver como muy preocupado por la situación de la gente. Sin embargo, cuando se sienta en el sillón municipal, hace todo lo contrario. Pese a contar con dinero y recursos, en medio de la grave crisis no fue capaz de mantener políticas sensibles como el boleto gratuito para todos los sectores y los comedores barriales que cerraron por el corte de ayuda del gobierno provincial.
Lo que si hace “Maxi” Frontera es acrecentar su aparato político de funcionarios, conformación que ya superó las cifras de todas las anteriores gestiones.

Los pasos que da del intendente de Villa Mercedes, Maximiliano Frontera, son para analizar con especial detenimiento. La impresión es que la ciudad está en manos de dos “Maxi” Frontera y eso preocupa.
Por un lado, camina los barrios tratando de tener una cercanía con los vecinos, dando a entender de que está del lado de la gente y de solucionar sus problemas. Y, por el otro, cuando se sienta en el sillón municipal, cambia, se olvida de todo y las prioridades son otras.
La Municipalidad de Villa Mercedes tiene dinero y en medio de la crisis económica, profundizada por el presidente Javier Milei, tuvo la oportunidad de mantener políticas sensibles como el boleto gratuito, de oxigenar los comedores barriales que cerraron por falta de ayuda del gobierno provincial… y no lo hizo. También, antes de que se produjera la escalada de casos de contagio de dengue pudo haberse anticipado con una efusiva campaña de prevención… y no lo hizo.