Expresiones de la Aldea, Notas Centrales, San Luis

Maestro rural e investigador nato

La folkloróloga “Cholita” Carreras destaca el legado cultural de Luis Gerónimo Lucero Riera. Primera entrega de una historia repleta de curiosidad y vocación

Por Matías Gómez

“Cholita” Carreras se apasiona al hablar del legado del puntano Luis Gerónimo Lucero Riera cuyas inquietudes permitieron, hace más de cien años, recolectar un voluminoso material de investigación no sólo sobre tradiciones, costumbres o leyendas locales sino también con aportes antropológicos.

“Al escribir este libro supe con pena que su gigantesca obra como investigador era injustamente desconocida por sus comprovincianos. Tal vez fue por eso que puse todo mi empeño y pasión hasta concretarla, soñando que algún día habrá de ser conocida y reconocida”, señala la destacada autora María Teresa Carreras de Migliozzi quien comenzó esta investigación con el sistema de Becas de Arte Siglo XXI (BAS XXI) y en 2005 publicó su trabajo “Luis Gerónimo Lucero Riera”, con prólogo de la escritora Rosa Soria Boussy”, mediante San Luis Libro.

“La claridad del pensamiento de Lucero Riera, sus inquietudes como investigador, su fina sensibilidad y fortaleza de espíritu le hicieron capaz de ocuparse con el mismo entusiasmo de la enseñanza del abecedario o de la construcción de colmenas para motivar a padres y alumnos en este trabajo; de la redacción de un libro de lectura que tituló “Flor de poleo” o de la confección de alpargatas para sus alumnos; de dar clase bajo un árbol cuando su escuela se derrumbó o de la construcción de un barrilete dando clase de geometría; de armar una radio galena para que sus alumnos escucharan el Himno Nacional ejecutado por una banda, o de confeccionar un Escudo Nacional para ser colocado, previa autorización de las autoridades, en la fachada de su escuela”, detalla “Cholita” quien heredó de su padre la pasión por las tradiciones. Además, dio sus primeros pasos en investigación folklórica de la mano de María Delia Gatica de Montiveros, y actualmente en forma virtual dicta su taller de investigación folclórica cuyo nombre es en honor al maestro rural.

Lucero Riera nació el 11 de marzo de 1887. “Al redactar el informe tenía 33 años. Al ser notificado como ganador del primer premio, ya era un hombre de 54 años. Las autoridades educacionales tardaron 24 años en cumplir lo prometido en aquella resolución del 16 de marzo de 1921. Tres años más tarde, el 27 de septiembre de 1948, tras una larga enfermedad, falleció en su amado Nogolí. En el lugar en que descansan sus restos un par de placas intentan resumir su inolvidable paso por las aulas y por la vida. Una de ellas dice: ‘Maestro ingenioso, trabajador, progresista. Sus amigos, abril de 1955’”, indica la folkloróloga quien apunta también que los ex estudiantes de la localidad homenajearon a Riera por su contribución.

Medalla de oro

María Teresa recuerda que en 1921 el Consejo Nacional de Educación realizó una Encuesta Nacional de Folklore donde participaron los maestros de las escuelas Láinez del país para recoger y transcribir lo más fielmente datos, descripciones o reflexiones sobre las tradiciones, costumbres, poesías y música a fin de preservar la memoria popular. Asimismo, se designó un jurado, constituido por grandes personalidades de la cultura, entre ellas Leopoldo Lugones, para evaluar y premiar los mejores trabajos.

Luis Gerónimo Lucero Riera, su esposa y uno de sus hijos.

Un voluminoso legado cultural

“Después de valorar más de 3.200 informes, correspondió a San Luis el honor de que el maestro Luis Gerónimo Lucero Riera, oriundo de Nogolí, departamento Belgrano, obtuviera el primer premio medalla de oro”, asegura.

“Hace unos años, siendo integrante del Centro de Investigaciones Folklóricas ´Dalmiro S. Adaro´, tuve la oportunidad de tener en mis manos una copia del voluminoso informe que este maestro puntano envió desde Barrialitos (departamento Belgrano). Esta copiosa información de más de medio millar de páginas escritas de puño y letra, fotocopiadas, estaba contenida en tres voluminosos biblioratos”, explica.

“Esta tarea para el libro me llevó más de un año de intenso trabajo, porque además de estudiar con profundidad su informe logré ubicar en Mendoza a don Onésimo Lucero (único de sus ocho hijos que vive a la fecha) quien me proporcionó datos, fotografías y otros documentos. Realicé entrevistas, recogí testimonios de algunas personas ya añosas que le conocieron y busqué información en diversos archivos”, resume.

El libro tiene 250 páginas y consta de dos partes. “En la primera, luego de registrar y ordenar los datos obtenidos, intento esbozar su biografía y delinear su perfil como ser humano, ciudadano, docente y como cultor de diversas expresiones artísticas, ya que tenía talento para la música (acompañaba el canto de sus alumnos con la guitarra). Valoro además su vena poética en una extensa y bella poesía dedicada a Nuestra Señora de la Merced, patrona de Nogolí y aprecio su habilidad para el dibujo en las carátulas que realiza al iniciar cada capítulo de su informe”, detalla María Teresa.

“En la segunda parte, procuro analizar y comentar la obra escrita por este investigador autodidacta que con su meritoria labor realiza un aporte substancial a la investigación folklórica de la provincia.

En su impresionante trabajo ofrece excelentes y abundantes datos sobre creencias, supersticiones y costumbres, folklore literario (leyendas, fábulas, cuentos, refranes, adivinanzas, relatos y anécdotas), arte (poesías, canciones, danzas), conocimientos populares (recetas para curar animales, nombres vulgares de árboles y plantas, constelaciones, ubicación y descripción  de minas y salinas, sierras, ríos, arroyos y manantiales, atajos y puentes, tribus que habitaron esta región), juegos populares (de niños, de adultos, de naipes, de ‘a caballo’)”, describe la autora y conferencista quien fue destacada como madrina del IV Festival de La Tonada, en el Centro Cuyano de Nueva York, en 1998.

“Creo que la parte del informe que más me sorprendió por la amplitud y riqueza de su contenido fue la dedicada al curanderismo (la “cura de palabra”, la cura del empacho, propiedades medicinales de las hierbas y otras prácticas de la medicina popular)”, expresa “Cholita” que ha ejercido durante treinta y nueve años como profesora de Música y Química en diferentes establecimientos de la ciudad capital.

Aportes arqueológicos

Incluso, en este informe minucioso, hace más de cien años, Lucero Riera brindó algunos datos arqueológicos de Villa de la Quebrada. Señala, por ejemplo, que en tiempos de grandes lluvias encontró “huesos petrificados que seguramente han pertenecido a poblaciones indígenas de la región”.

“Cholita” cita además otro significativo aporte de este maestro rural: “Donde hay un verdadero cementerio indígena digno de explorarse, según me he anoticiado y he podido comprobar personalmente de que es así a juzgar por la cantidad de cacharros quebrados y diseminados en el lugar, pequeños huesecillos, cananas de piedra, manos y otras cosas que allí se encuentran, es en la Villa de la Quebrada, un poco más al sur, en el bordo de la barranca del arroyo de ese lugar”.

Entre ensayos e investigaciones, María Teresa ha publicado además “El folklore que yo viví”, “San Martín y nuestra música”, “La tonada en la provincia de San Luis”, “La guitarra en la provincia de San Luis”, “Paula Domínguez de Bazán”, “Folklore musical de San Luis: canto, danzas e instrumentos” y “Manantial de tradiciones”. Mientras que, en poesía, “Cholita” ha presentado “Frontera adentro”, “Tierra mía”, y en 2020 “Mujeres en el pasado puntano”.

Luis Gerónimo Lucero Riera con sus hijos en Nogolí.